Recuerdos de Semana Santa en Villafranca

"La Semana Santa ha comenzado. Quizás ‘Serodio’ y ‘ Pelican’ nunca fueron conscientes de lo que significaron para muchos adolescentes y niños entre los que yo me encontraba"

Ramón Cela
09/04/2023
 Actualizado a 09/04/2023
Cristo de la Misericordia en Villafranca del Bierzo con el recogimiento de sus fieles. | RAMÓN CELA
Cristo de la Misericordia en Villafranca del Bierzo con el recogimiento de sus fieles. | RAMÓN CELA
Suena el clarín y el tambor que soldados franceses abandonaron en su huída de Villafranca en la Guerra de la Independencia. La Semana Santa ha comenzado. Quizás ‘Serodio’ y‘ Pelican’ nunca fueron conscientes de lo que significaron para muchos adolescentes y niños entre los que yo me encontraba.

Tiririiii. Suena el clarín. Los mazazos contra el tambor. Cam , cam, cam, Pelicam, cam ..cam.

Era la hora en que salía alguna procesión o simplemente se llamaba a lo feligreses a visitar los ‘ Monumentos’ de las iglesias.
Eran la once de la mañana, el sacerdote lleva el ‘ Viatico’ al moribundo. Las mujeres se arrodillan a su paso, los hombres, se quitan la gorra y muchos inclinan la rodilla al suelo. El ‘Poderoso’, se quita el sombrero, porque en algo es preciso distinguirse. Al fin sus ropas, no merecen el polvo de las aceras o la calle.

El repicar de las campanas de la Iglesia de San Francisco indica que comenzará en breve un acto litúrgico. Mientras las señoras visten sus mejores galas que siendo humildes, están impolutas para la ocasión.

Toma el misal y el velo negro, mientras deja la casa totalmente arreglada, por si tiene una visita, que no digan que no es una persona limpia. Los niños, como no tienen escuela, deben estar bien arreglados con la raya en el lado izquierdo de su peinado con más jabón de lo habitual.

Tiempos difíciles, tiempos de miseria, donde el jabón hacía de laca y los zapatos bien limpios, con betún si había o algún escupitajo, para limpiar las manchas.

- Vas como un cromo. Veremos como vuelves -Cantinela dominical o festiva, archisabida por todos. Las madres siempre fueron el pilar importante de la familia.

- Buenos días Señor ‘Serodio’, ¿ puedo sacar un estandarte, o un cirio?¿ Y si no tiene comprometido, algún paso de los que van delante de la urna..? No tengo dinero, pero me dijo mi padre que se lo pidiera en su nombre.

- Deja ver como se pone todo esto, porque en esta época, hay mas ‘rapaces’ que pasos. Ahora dejarme tranquilo, hasta una hora antes de las procesiones. Me tenéis loco con tanto pedir. Además, alguno tiene que ir con los faroles, alumbrando a los de la banda.

Siguen tocando las campanas. Los miembros de la antiquísima Tercera Orden, ya están preparando las túnicas y capirotes. Los chicos, ya mayorcitos, se han granjeado la amistad del cuidador de la Iglesia y las imágenes. Sacarán a San Juanín y se lo pasaran en grande, porque las cuatro limonadas y las ganas de juerga, hacían que la pobre imagen estuviera por los suelos en múltiples ocasiones.

Las mujeres estaban en los bancos de la iglesia, algunas llevaban un cojín para no lastimar las rodillas en la dura y fría piedra del suelo, mientras que los reclinatorios que habían hecho ‘ Pilitas’ o ‘Cañón’ permanecían vacíos a la espera de su dueña. Y, si no venía seguirían así, con más mullido para las delicadas rodillas, mientras en la parte superior figuraba el nombre de la propietaria.
¿Quién sacará la Cruz Grande? Seguro que ‘Pelos’ es uno de ellos, es fuerte y siempre está en las iglesias. Seguro que vendrá con algún vaso de vino, o si tiene suerte, de aguardiente. ¡Cuántas pagó ‘Pelos’ por ser pobre! Fue el ‘chivo expiatorio’ de las que hacían los hijos de los poderosos. Nunca le oí decir una blasfemia y siempre fue el ‘criado sin sueldo’ de muchos , tanto clérigos, como los ricanchones.

Yo, muy niño, miraba fijamente los ojos de aquellas imágenes, que me decían que ellos habían sufrido martirio y muerte y, con las manos extendidas, parecían acoger a aquellos más humildes y desgraciados. Entonces, no podía comprender muchas cosas y mi ilusión era salir en las procesiones y que las chicas del Colegio de la Divina Pastora, se fijaran en mí de alguna manera.
Previamente había solicitado lo mismo en la Cofradía de los Caballeros de Santiago y Nuestra Señora de las Angustias. Aquí ya tenía más opciones. Había colaborado a medida de mis fuerzas en la restauración de la Iglesia de Santiago y su puerta del Perdón.

Una túnica blanca sin capirote, por ser muy joven. Algo es algo, pero faltaban las otras procesiones y sobre todo aquella de los hombres, llamada del Silencio. Sonaba la enorme y vieja carraca, no se podían tocar campanas.

Traje nuevo, camisa y corbata, los zapatos como espejos y las manos atrás como los señores de bien. Las medias altas y los pantalones cortos, mientras el frío de abril se hacía sentir en las manos todavía con marcas recientes de los sabañones.La Iglesia de La Colegiata, dará la salida una vez más con el sonido de la carraca.

Viernes santo.‘Mamparo’ con la Cruz Grande, ‘Pelos’ con la parte de atrás sujeta por una gruesa soga. Salen las procesiones del Entierro, Los estandartes centenarios, suena el clarín, se apaga el sonido y se oyen los mazazos del tambor. Hoy pienso que fue una de las escasas herencias que nos dejaron los franceses, cuando fueron expulsado por los gallegos, leoneses y los trescientos ‘gauchos’ de Argentina, Uruguay y Paraguay. (Esa, es otra historia).

Más de quinientas personas harán el desfile del Entierro, una vez que se unan las dos procesiones frente a la Iglesia de San Nicolás. Luego, después de recorrer calles emblemáticas como la Calle del Agua, llegarán a La Plaza Mayor, donde se volverán a separar. Unas imágenes subirán la Cuesta de San Francisco y otras irán de nuevo a la de La Colegiata. Mientras que un joven entonará detrás de la urna el Miserere.

Al día siguiente, las imágenes retornarán a sus respectivas iglesias, mientras que los villafranquinos se llenan de Buñuelos de Viento y Huesos de Santo.
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