Los Reyes Magos llegaron al Bierzo desde todos sus rincones y lo hicieron trayendo nieve a los altos, que la habían palpado suave en las últimas jornadas.
La lluvia también amenazó y llegó a ratos, incluso en algunos municipios, como Villafranca, prefirieron cancelar la salida de los Reyes por las calles. Pero el día de los deseos es difícil pasarlo por agua y los pequeños retaron al cielo para salir a ver a los de Oriente, que seguían la estrella fugaz para llegar a recoger sus deseos.
En Cacabelos visitaron a los mayores de las residencias, porque la magia también les toca a ellos muy de cerca.
En Carracedelo, Toral de los Vados, Fabero, Bembibre, fueron recorriendo las calles y dejando un reguero de ilusión a su paso, demostrando que nada puede con la tradición y con la pasión del no saber si uno se merece los regalos que ha pedido o no.