El Festival Sin red, en su versión de sala, ofrece en el Teatro Bergidum, del 16 al 19 de octubre, cuatro propuestas que buscan acercar al público toda la riqueza artística del circo contemporáneo. Organizada en colaboración con el grupo berciano Maintomano y con la participación del programa Circo a escena de la Red Española de Teatros, las localidades para estas funciones ya están a la venta.
Después del éxito de público de la versión de calle de este festival, presentado a principios de septiembre en el marco de las fiestas de la Encina, el programa de sala se inicia el 16 de octubre (20 horas) con el trabajo “Coraza abierta” de la Compañía Marilen Ribot, un espectáculo unipersonal para público adulto que invita a abrazar las heridas propias y sufrimientos para aceptarlos y embellecerlos.
El jueves, 17 de octubre (20 horas), Cèlia Marsé presenta en “Nus” un trabajo recomendado para público a partir de 9 años que narra la experiencia personal de una pérdida a partir de la poesía, la imaginación y toques de humor para dar visibilidad, sin complejos, al luto y las diversas maneras de transitarlo.
La Compañía Cirkofonic presenta el viernes, 18 de octubre, “Tea time”, un viaje emocional en el que la tragedia y comedia se entrelazan íntimamente. Incluido en el abono de otoño, la pieza habla de la tradición, de los recuerdos, de la demencia, del cuidado… De cómo las personas se pueden ir deconstruyendo sin dejar de ser, pero difuminándose.
El ciclo se cierra el sábado, 19 de octubre (20 horas) con “Rube”, un montaje para público familiar de Alodeyá Circus en el que se funden con humor física y circo a través de una máquina que desencadena asombrosos y divertidos efectos dominó, montada sobre el escenario poco a poco durante el espectáculo. La máquina Rube Goldberg usa un grupo de artículos colocados en una manera específica de tal manera que al mover uno de ellos hará que los otros se muevan por transferencia de energía. Movimientos hipnóticos de los malabares con tubos imantados, pelotas, diábolos y mazas de luz programadas al milisegundo forman un espectáculo basado en las leyes de la física llevado a cabo por dos ingenieros con casi veinte años de trayectoria escénica.