Un magosto es la celebración de noviembre por antonomasia en el Bierzo, con el protagonista del olor y el sabor de la castaña de por medio. Un producto que, en determinadas zonas, es más que eso, como sucede en Sobrado, donde cada familia tiene su soto. A él le rinden culto y mimo a lo largo del año para contar con una entrada económica, a veces muy interesante.
Este año la castaña ha librado de la quema en algunos de sus pueblos. Según cuenta el concejal Víctor Barbero, las zonas de Sobrado, Friera y Cancela tuvieron una cosecha temprana que no se vio afectada por la climatología adversa posterior. Eso posibilitó que pudieran colocarse en el mercado de mejor manera que el resto. Las demás, como ha pasado en todo el Bierzo, han tenido que soportar un nuevo hongo que ya pillaba a los castaños debilitados por culpa de la avispilla de la que ya han conseguido salir con las inoculaciones de los últimos años.
Sea como sea, Sobrado quiere rendir culto a la tradición y a la celebración de su magosto que calienta motores ya para vivirlo este 4 de noviembre. Será a las 19:30 horas hasta las 22:00 horas, en la nave tras el Ayuntamiento. Allí se asarán entre unos 60 y 80 kilos de castañas, de las mejores, porque Sobrado siempre marca un plus de calidad en este producto. Las repartirá con bollos preñaos, empanada y bebida. Todo ello por 3 euros. Un menú de lo más berciano que sabe a gloria rural , a ancestros y a naturaleza. Todo ello amenizado por un grupo musical, aún por determinar.
Una tarde que Sobrado espera que sea especial y que recuperó el actual equipo de Gobierno «no queremos que se pierdan porque para nosotros es un momento importante», relata Barbero. El año pasado, más de 300 participantes compartieron ese momento único con sus castañas que se convierte también en un momento de convivencia y vecindad que da sentido a las pequeñas poblaciones bercianas.
Sobrado es un pequeño municipio berciano, que linda ya con Ourense, con el que comparte lindes y tradiciones. Cuenta con unos 250 vecinos y se mira a las aguas del Selmo, un río truchero por excelencia que también hace de esta zona una de las más ricas para los pescadores. Tiene nueve poblaciones, cada una con algo que visitar y de lo que enorgullecer a los vecinos: Aguiar, Cabarcos, Cabeza de Campo, Cancela, Friera, Portela de Aguiar, Requejo, Sobrado, Sobredo. Un pueblo para disfrutar sobre todo en otoño, en medio de sus sotos de castaños y, a poder ser, con un magosto comunitario de por medio.
Antes del magosto
Previamente a este acto, se recolectan las famosas y frescas castañas de nuestro municipio. Una vez recogidas y seleccionadas se hace un corte en la cáscara para evitar que exploten durante la cocción, luego se colocan en un tambor de 25 kg. Un fogonero encenderá una gran hoguera al aire libre en los terrenos anexos al edificio del ayuntamiento. Este maestro asador va dando vueltas al tambor hasta que empiezan a explotar, ese momento es el indicador de que la castaña se abre y que la carne de su interior está tierna y cocida, ésta es una parte esencial y de ello dependerá el éxito del magosto. Los participantes reunidos con su cucurucho alrededor de la hoguera esperan el momento para disfrutar del aroma y sabor de las castañas asadas.
Pueblo de tradiciones
Aunque el magosto es una de las tradiciones más notables de este municipio, hay otras que no se quedan atrás. En agosto se celebra la llamada «Chorizada», uno de los eventos musicales y gastronómicos más importantes de ese mes en Sobrado. Se ha convertido en todo un clásico y en una cita obligada para los amantes de la fiesta y de la buena gastronomía.
La fiesta consta de dos partes, en la primera, toda la comitiva recorre el pueblo acompañada de la música constante de una charanga. A lo largo del recorrido cada casa ofrece a los participantes ricos y variados pinchos y bebidas refrescantes además de vino o sidra.
La segunda parte tiene lugar en la playa fluvial y es el momento de degustar el esperado chorizo hervido en sidra y acompañado de un panecillo y más bebida. Después de la cena, el evento culmina con un espectáculo pirotécnico sobre el puente del rio Selmo para poner el broche final a esta celebración que año tras año va ganando adeptos.