Cuando se recorre la magnífica exposición de facsímiles que guarda el Castillo de Ponferrada, y se presta atención a los exquisitos trazos que ilustran tan cuidadosos ejemplares, es fácil ‘quitarse el sombrero’ ante la esmeradísima labor de quienes hicieron posible la creación de los originales de tan valiosas joyas bibliográficas. Pues bien, resulta que en la avenida de la Puebla tenemos un veterinario fenomenal, que además es el autor del Belén Renacentista instalado en el vestíbulo de la Biblioteca Municipal.
Enrique Álvarez ‘Brindis’ nos obsequia, por tercer año consecutivo, con el fruto de muchas horas de paciente y minuciosa dedicación. Su maestría es comparable a la de los/las amanuenses que dibujaron, hace siglos, las bellísimas páginas que custodia nuestra fortaleza en copia fidedigna. El talento y la destreza de Enrique son comparables al ingenio y la pericia de los artífices que materializaron semejantes obras de arte, sobre pergamino principalmente (los últimos pendolistas reconocidos que ejercieron en El Bierzo fueron Ángel Ruíz y Nicolás Solana).
«Su proyecto inicial (según el cartel explicativo) fue hacer en relieve el cuadro de la Adoración de los Reyes Magos, de Gentile da Fabriano, exhibida en la Galería de los Uffici de Florencia […] Al final no pudo resistirse a incluir al Mago Chalupa, como un guiño a nuestra infancia. La principal dificultad estuvo en la multitud de personajes que figuran en el cuadro, ya que éstos aparecen tan amontonados que de la mayoría sólo se aprecia la cabeza. Así que tuvo que buscar inspiración en otros pintores renacentistas, como Boticelli, Gozzoli o Jan Van Eyck».
«En las numerosas representaciones de la Epifanía (Agenda Cultural del Ayuntamiento de Ponferrada, Nº 11, Pág. 47) los pintores del Renacimiento solían mostrar a los tres Reyes Magos acompañados de numeroso séquito y animales exóticos, como monos, camellos, elefantes y aves de cetrería, como atributo de su realeza. Este año se incorpora un monumental elefante a este espléndido conjunto».
Cada ‘figurita’ (es un decir, porque el tamaño medio de las mismas se aproxima a los cincuenta centímetros) se parece a un valioso diamante con múltiples facetas. En ellas se pueden apreciar numerosos y ricos detalles. Ángeles, pajes, reyes, damas y caballeros, son modelados en terracota primero. Después, ─explica, con pinturas acrílicas va cubriendo de alegres colores las formas de los ropajes, a los que luego realzas con fantásticas cenefas. Es un gozo observar detenidamente, también, los diversos tocados, calzados de época, instrumentos musicales, armamento... Destacan sobremanera los admirables ejemplares de la fauna que completan la escena. Felicidades, Enrique. Gracias por regalarnos tan bella composición.
Gregorio Esteban Lobato, escritor berciano