El Boletín Oficial de la Provincia (BOP) de este martes, 21 de enero, anunció la aprobación del pliego de condiciones que rigen la subasta del bien patrimonial ubicado en la calle Camino de Santiago nº52, es decir, el solar del antiguo cuartel de la Guardia Civil. Se trata de un terreno urbano sin edificar de una superficie de 2.176 metros cuadrados que actualmente se utiliza a modo de aparcamiento.
Su presupuesto base de licitación es de 1.426.832,10 euros + IVA, lo que significa una cantidad sensiblemente inferior a la de su adquisición por parte del Consistorio en 2009. Por entonces, tuvieron que salir 2,53 millones de euros de las arcas municipales hacia el Ministerio del Interior. Este pasa a ser un nuevo intento de subasta que nace después del fracaso de todos los anteriores, pese a las sucesivas rebajas en el precio de licitación bajo los gobiernos de Carlos López Riesco, Samuel Folgueral, Gloria Fernández Merayo y Olegario Ramón.
El pliego de condiciones de la subasta detalla que las ofertas se podrán realizar al alza o a la baja, con el límite del valor mínimo razonable, mediante la presentación de ofertas en sobre cerrado. Podrán presentar estas propuestas todas aquellas personas que tengan capacidad de contratar, de acuerdo con las normas del Código Civil, en particular para el contrato de compraventa, y deberán depositar una fianza de 71.341,61 euros, que corresponde al 5% del valor de tasación. Para la valoración de las proposiciones y la determinación de la mejor oferta se atenderá a un solo criterio de adjudicación, que deberá ser necesariamente el del mejor precio.
Aquel que quiera poner una oferta sobre la mesa dispone de 15 días naturales contados a partir del este martes día 21 de enero, fecha de publicación del anuncio de licitación en el Boletín Oficial de la Provincia. La presentación de las propuestas se realizará mediante presentación de sobres electrónicos en el Perfil del Contratante alojado en la Plataforma de Contratación del Sector Público (https://contrataciondelestado.es/wps/portal/!ut/p/b0/04_Sj9CPykssy0xPLMnMz0vMAfIj U1JTC3Iy87KtClKL0jJznPPzSooSSxLzSlL1w_Wj9KMyU5wK9CO1gzxcfLws8szNkwO 9jUJc0yLcK7UdbW31C3JzHQFladiJ/). La documentación necesaria se puede consultar en la página web del Ayuntamiento de Ponferrada.
Una vez terminada la fase de certificación de documentos, se procederá a la lectura de la lista de licitadores admitidos y se realizará la apertura de los sobres que contengan las proposiciones económicas. Entonces se procederá a la adjudicación del bien teniendo en cuenta las siguientes consideraciones: en el caso de que existan ofertas por importe igual o superior al valor de tasación del bien, se adjudicará este al licitador que haya presentado la mejor oferta; y en el caso de que no existan ofertas por importe igual o superior al valor de tasación del bien, se adjudicará este a la mejor oferta de las presentadas por valor inferior, con el límite del valor mínimo razonable consignado en el informe técnico de tasación. Si existiera un empate entre las mejores ofertas, se decidirá en el acto si estuvieran los licitadores presentes, abriéndose una puja al alza y adjudicándose provisionalmente el bien al que presentara una oferta económica más elevada. Si alguno de los licitadores empatados no estuviera presente, la adjudicación recaerá sobre el que primero hubiera presentado su oferta, para lo cual se atenderá a la fecha de entrada en alguno de los registros señalados en la convocatoria.
Una década de intentos de venta al mismo precio en el que se compró
Hace una década el precio de la parcela que intenta venderse desde 2014, tras derribarse de urgencia el edificio que la ocupaba, en 2010, no bajaba de 2,5 millones. En concreto, el Ayuntamiento de Ponferrada había redactado un informe en el que se valoraba, como base a la posible enajenación, los 2.150 metros cuadrados de la parcela, en 2.538.749,72 euros. Aunque apuntaba que el Ayuntamiento había realizado obras de transformación para dejar el solar libre, también asumía que “desde entonces se ha mantenido la depreciación del mismo en el mercado”. Era la propuesta del departamento de Planeamiento y Gestión y una cifra de la que el alcalde por aquel entonces, Samuel Folgueral, no quería bajar. De hecho ese fue el precio exacto por el que se compró en 2009. “Si no lo vendemos por esa cantidad, no lo vamos a vender por una cantidad inferior”, insistió Folgueral.
Ante esa salida a subasta había dos empresas interesadas, aseguró el alcalde, que venían incluso con un estudio de la parcela bajo el brazo, además de otro de rentabilidad desde un punto de vista comercial de los bajos y también con la posibilidad de uso residencial para las plantas altas. Se iniciaba un proceso de diálogo.
En 2015 se anunciaban “flecos” solo para que un grupo de empresarios locales, apoyados en una gran cadena alimentaria, de la que no se expusieron nombres, diera el último paso para hacerse con los terrenos y montar un espacio comercial. Lo hacía, según el concejal de Desarrollo Económico, Emilio Cubelos, en aquel momento, por el importe de salida, pese a que había valorado una rebaja de entre un 30% y un 40% en el precio de la parcela antes de que Folgueral se cerrara en banda en el precio por el que se había comprado.
Pero, la subasta quedó desierta finalmente, porque el grupo inversor decidió levantar su oferta hasta que se nombrara una nueva corporación y volviera a sacarla. En ese momento se explicaba que la empresa no quería que se viera en la compra algún contacto político inapropiado. La subasta se había retrasado por un error en los pliegos de condiciones.
Sin embargo, con el cambio de gobierno y la salida a subasta de nuevo, ninguna empresa se presentó a la compra.