Tyto Alba ve díficil probar la relación del ganadero de Bouzas con el incendio de la Tebaida

Pese a la reapertura del caso, la asociación recuerda que aún no se ha interrogado al principal sospechoso

Alejandro Cardenal
14/06/2017
 Actualizado a 01/09/2019
Paisaje tras el incendio de la Tebaida. | CÉSAR SÁNCHEZ (ICAL)
Paisaje tras el incendio de la Tebaida. | CÉSAR SÁNCHEZ (ICAL)
El colectivo conservacionista Tyto Alba, cuyo portavoz, Miguel Ángel Gallego, fue el primero en denunciar a un ganadero de Bouzas como culpable del incendio que asoló más de 1.000 hectáreas de la Tebaida berciana, ha recibido con escepticismo la reapertura del caso por parte del Juzgado de Ponferrada.

«Se necesitan varios testigos presenciales que lo hayan visto encendiendo el fuego y eso es imposible. Al final no deja de ser su palabra contra la nuestra», lamenta el portavoz del colectivo, que cree que la investigación realizada hasta la fecha ha sido «decepcionante». «Gracias a la movilización que ha habido alrededor del caso se ha conseguido presionar para llevar a cabo una investigación, pero me resulta verdaderamente sorprendente que el principal sospechoso sigue sin ser interrogado»,apostilla Gallego.

El portavoz de Tyto Alba está citado a declarar «si no hay novedad» el próximo 30 de septiembre. El Ayuntamiento de Ponferrada decidirá si se persona como acusación particular en el próximo pleno extraordinario convocado por PSOE, USE Bierzo y Ponferrada en Común (PeC) en relación al incendio.

Independientemente de lo que suceda con el actual proceso, el colectivo ve prioritario que se aplique de forma rigurosa la legislación. «Se tienen que restringir los derechos de pasto y caza en zonas quemadas. No basta con un expediente cada siete meses, tiene que haber una vigilancia y que cada vez que se incumpla se sancione. Si empieza a afectar al bolsillo seguro que se acaban los incendios de este tipo», explica.

La asociación siempre han visto intereses económicos tras los incendios y han relacionado este nuevo caso con el ganadero por el ‘modus operandi’. «Lleva veinte años quemando el monte de la misma manera, a última hora y durante los meses de invierno y primavera, el problema viene cuando se le va de las manos», lamenta.
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