'Elefante Majara' es el nombre elegido para este vodka, que respeta el apellido de la bodega y que hace referencia a sus fundadores: Manuel, Javier y Raúl. Una nueva aventura que emprendieron hace unos años y que, finalmente, les llevó a más de 3.500 kilómetros de distancia -hasta 4.500 por carretera-. “Desde hacía algún tiempo, mi socio Manuel Benito Otero y yo pensábamos en hacer un destilado, no sabíamos exactamente cuál, aunque podía ser una ginebra, que estaba muy de moda”, recuerda Javier Álvarez.
Pero tras varias “investigaciones” comprobaron que también estaban teniendo una buena acogida los vodkas 'premium', más valiosos y que se realizaban con el destilado de la patata. Fue entonces cuando se les ocurrió que podrían hacer su destilado y utilizando un producto de la comarca, tan olvidado a veces y de tanta calidad como es la patata del Bierzo. “La duda después fue si hacerlo nosotros o no, y preferimos que lo fabricara un destilador con experiencia y empezamos a buscar por varios países del norte de Europa”, explica.
Y el destino quiso que uno de los amigos de Javier Álvarez viviera en Finlandia y este a su vez tuviera un amigo que tenía una destilería en Laponia, la más septentrional y cercana al Polo Norte. “Era una destilería pequeñita, con muchas características similares a nuestra bodega Almázcara Majara”, cuenta este emprendedor, que añade que “nos pusimos en contacto, mandamos nuestras patatas del Bierzo e hicimos pruebas hasta dar con un vodka a nuestro gusto”.
3.000 botellas para empezar
La materia prima de su vodka es difícil de conseguir, sobre todo en una comarca marcada por el minifundismo como es la comarca berciana. “Necesitamos cantidades importantes de patata y en el Bierzo es difícil, funciona mucho el minifundismo”, aclara Javier, que apostilla que desde entonces “compramos patatas como locos, no a un sólo agricultor, todo lo que podemos, 300 kilos a uno, 200 kilos a otro”.
Y es que en el primer envío de patata del Bierzo a Laponia fueron 3.000 kilos de patata, con las que hicieron una primera tirada de 3.000 botellas. “La primera vez hicimos bastante cantidad y ahora preferimos hacer menos cantidad y más veces, enviamos poquita patata, intentamos que sea patata nueva, y hacemos de mil en mil”, explica este berciano que vive en un barco, en Port del Balís -cerca de Mataró (Barcelona)-, en cuyo mástil ondea una bandera del Bierzo y luce el nombre de uno de sus vinos, 'Cobija del Pobre'.
Un 'premium'
Hace más de un año que 'Elefante Majara' salió al mercado y ya se está implantando en espacios culinarios de calidad y gourmet, especialmente en los restaurantes y otros establecimientos donde ya tienen en carta los vinos de Almázcara Majara. “Son restaurantes con cierto nivel y en el que la elección de sus productos es un punto muy importante, también en algunas coctelerías como puede ser la del hotel Urban de Madrid u otros sitios donde la gente busca esos productos de categoría premium”, enumera Javier.
En esos lugares, el vodka berciano se hace hueco en las estanterías con otras “joyas etílicas” como el Basmoon Vodka, Stumbras Centenary, Putinka Lemon, Nemiroff o RWB Vodka. “El 'Elefante Majara' tiene un 38 por ciento de alcohol, con agua de Laponia, del norte de Europa y que tiene una calidad y pureza espectacular”, destaca Javier, que subraya “ese punto graso muy especial” que le da la patata y que se acompaña “de unos aromas, un perfume y un paso por boca suave”.
“Lo puedes beber sólo perfectamente o en un combinado con zumos de naranja natural e, incluso, con tónica, el vodka-tonic al que se están apuntando muchos, o con Martini, mezclado no agitado, como dice James Bond”, aconseja Javier Álvarez, que asegura que con cada trago va algo de la filosofía 'majara': “El tiempo corre...y muy deprisa. Quiero pasar ese tiempo contigo y contigo disfrutar. Amor, amistad, comida, vino...Como el elefante tengo paciencia y memoria, y estoy loco por perdonar, recordar y olvidar...”.