Ubicado en una zona rural donde el principal motor económico es la agricultura, el CRA La Abadía se caracteriza por las metodologías activas y los aprendizajes basados en la experiencia, explica el jefe de estudios y profesor de educación física, Paco López. Convocado por la Junta, el PIE ‘Próxima Estación ODS 2030’ se concebía inicialmente como unas líneas de metro que mostrasen la interconexión entre los distintos objetivos. “Nosotros le dimos nuestro enfoque rural, porque nos gusta mucha el senderismo y porque los senderos también se entrecruzan”, explica López.
De este modo, cada centro recorre mediante distintas actividades un sendero asociado a un ODS concreto, mientras va plasmando el avance en la ruta en un blog. Al final de cada camino, se lleva a cabo un pequeño servicio a la comunidad para poner en valor la temática trabajada. Todos los senderos se cruzan a lo largo del recorrido entre ellos y con una senda perimetral orientada al cuidado de la salud, una cuestión que los niños también valoran más desde el estallido de la pandemia, recalca López. “Queremos fomentar la salud, tanto la individual como la del planeta”, explica.
Un ODS para cada sendero
Así,el colegio de Carracedelo, en la cabecera del municipio, recorre un sendero enfocado a la paz, con charlas contra el ‘bulling’ y el ciberacoso, jornadas de convivencia,actividades de concienciación sobre la discapacidad y un dibujo final que plasme esos valores en una pared del centro. En Villamartín, las actividades tienen al agua como eje principal y entre ellas destaca el ‘plogging’, una modalidad deportiva que combina el ejercicio con el cuidado del medio ambiente y la limpieza del río. El objetivo final de esta senda es crear un espacio singular en la ribera, como un columpio o un banco con una estantería para dejar libros.
En Villaverde, el sendero está relacionado con el cuidado de los ecosistemas terrestres. Los alumnos aprenden sobre la importancia de las abejas o las consecuencias del cambio climático a través de la siembra y cosecha de su propio huerto. La senda concluirá con la plantación de árboles en el bosque didáctico de la Fundación Prada a Tope, donde conviven 53 especies arbóreas distintas en un terreno de casi ocho hectáreas en el paraje de Los Barredos, cerca del Palacio de Canedo.
Por su parte, la senda de Villadepalos está relacionada con la sostenibilidad de las comunidades y el consumo de productos locales. Bautizado como ‘Villadeplatos’, este sendero propone visitas a fábricas de transformación, jornadas de elaboración de pan y charlas con cocineros y especialistas en nutrición. El objetivo final es elaborar unainfografía sobre el plato sostenible berciano, con los productos locales como protagonistas. Por último, Carracedo del Monasterio enfoca sus actividades hacia el reciclaje, con la elaboración de distintos objetos que se pondrán a la venta en un mercadillo solidario y el objetivo de crear un punto limpio para todo el pueblo.
Todas estas sendasse entrecruzan entre ellas, de manera que los tomates cosechados en el huerto de Villaverde se utilizan en Villadepalos para elaborar gazpacho, tal y como explica la profesora de infantil Beatriz Carrero, que valora la oportunidad que estas actividades suponen para que los alumnos apliquen en el día a día los contenidos teóricos aprendidos en clase.
Además, los senderos de cada centro se complementan con una sexta senda perimetral enfocada hacia la salud, en la que los participantes deben sellar un pasaporte a medida que completan el resto de recorridos. Una marcha ciclista con avituallamientos saludables completará las actividades previstas, con las que el centro busca reunir los 1.200 euros necesarios para adquirir un desfibrilador.
Al respecto, la secretaria del CRA, Isabel Núñez, destaca la importancia de conseguir este objetivo final “mediante el esfuerzo de todos”. “Sería muy fácil pedir ese dinero a alguna institución, pero de esta manera tiene mucho más valor”, recalca Núñez, que también es la profesora de música del centro y la responsable del lema que preside todo el proyecto, extraído de una canción de Macaco: “Somos una marea de gente remando al mismo compás”.
En ese sentido, los tres profesores insisten en la importancia de implicar a alumnos, familias y al resto del municipio en las diferentes actividades del proyecto. “Intentamos que no sean cinco colegios individuales, sino un único centro”, explica López, que valora la oportunidad que ofrecen algunas de las jornadas programadas para juntar a los 150 alumnos del CRA.