Una leyenda de Las Médulas: Los tesoros de los ‘mouros’

La Nueva Crónica ofrece un capítulo de avanzadilla de ‘Bierzo Mítico: de filandón con Xardón' / El domingo 22 el libro ya estará en los kioscos junto al periódico

Diana Martínez
21/12/2019
 Actualizado a 21/12/2019
Así  entiende el dibujante Lolo a los ‘mouros’, que custodiaban los tesoros de las cuevas. | LOLO
Así entiende el dibujante Lolo a los ‘mouros’, que custodiaban los tesoros de las cuevas. | LOLO
El capítulo 6 de ‘Bierzo Mítico’ está dedicado a los ‘mouros’ y las ‘mouras’, unos seresde otra raza que habitan en las cuevas de la comarca guardando tesoros. Sobre ellos hay muchas leyendas. Algunas más conocidas y otras menos... A continuación, el capítulo íntegro.Este cuento y muchos más, este domingo día 22 en el kiosco, junto a la Nueva Crónica, de la mano del duende  Xardón.

«Capítulo 6. ‘Los tesoros de los ‘mouros’. Pasemos a otra mezcla interesante. Cuevas, oro, gigantes… ingredientes perfectos para una nueva leyenda- explica Xardón. Sabemos que Las Médulas son los paisajes con los restos de las minas de oro explotadas por los romanos hace unos 2.000 años en el centro del Bierzo. Sabemos que para sacar el oro, hacían galerías y echaban trombas de agua para derribar las montañas y poder sacar las pepitas de oro de los lodos. Pero el oro y las cuevas son dos elementos que se prestan a historias imaginativas. Así pues, como no podía ser menos, Las Médulas cuentan también con su leyenda de tesoros y cuevas.

Resulta que Plinio el Viejo, uno de los jefes romanos de Las Médulas, dejó escrito en sus diarios que aquella gran obra de ingeniería minera que se estaba haciendo en aquel lugar era tan grandiosa e impresionante que no parecía ser cosa de hombres, sino de gigantes.

Estas frases de Plinio ya debieron dar pie a la fantasía de muchos de los que las leyeron y las contaron. Se imaginaron a personajes sobrenaturales en aquellos parajes de tierras rojas que escondían oro. Esos personajes han pasado a las leyendas con el nombre de los ‘mouros’. ¡Ojo! nada que ver con los árabes que llegarían unos siglos después por la zona, que también eran llamados de forma similar, en castellano: los moros debido al color oscuro de su piel.

Estos mouros de leyenda eran otra raza, otro tipo de seres colosales, descomunales, que vivían por todo el Norte de la Península refugiados en cuevas, galerías, grutas y cavidades subterráneas donde guardaban celosamente grandiosos tesoros. Estas grutas se comunicaban bajo tierra, conectando lugares que estaban a muchos kilómetros de distancia, ya que los mouros no solían salir a relacionarse con los hombres comunes.

Hay quien dice que eran bienhechores. Hay quien dice que atemorizaban a la gente. Hay quien dice que a lo largo de la historia, hubo quien se atrevió, sin conseguirlo, a hacerse con los tesoros que los mouros escondían en sus cuevas.
Dicen que dijeron que decían… que para intentar llegar a estos tesoros de oro y piedras preciosas escondidos en las cuevas de Las Médulas, algunos utilizaban los conjuros de un libro de magia y hechicería llamado Ciprianillo escrito hace cientos y cientos de años por el santo hechicero San Cipriano.

Pero cada uno que lo intentaba, caía en desgracia por su tremenda osadía. En muchos pueblos del Bierzo, hay nombres de lugares que hacen referencia a estos mouros: la cueva de la mora, la cueva del moro, la fuente de la mora… Y dicen las leyendas que si así se llaman, es porque allí era donde ellos vivían, donde se lavaban, donde bebían... ¿Seguirán por ahí?».

Así acaba este capítulo. Pero, lo dicho: El domingo mucho más en el kiosco.
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