La Asociación Mirando hacia el futuro con sede en Ponferrada, ha abierto hace un mes y medio un nuevo programa con el que pretende poner el acento en la promoción del empleo, algo que ha ido consiguiendo a pasos rápidos con las solicitudes efectuadas por cuatro empresarios. ‘Promoviendo la economía social’ es el nombre de ese innovador programa detrás del que llevan trabajando dos años, según explica la presidenta de la ONG, Yunia Sánchez y que «ya funciona en otros países y comunidades autónomas». Sin embargo, reconoce que encajar el concepto de economía social aún les cuesta a los empresarios.
«Lo que intentamos es fortalecer la agricultura, la ganadería y el sector forestal con potencial de jóvenes o familias en riesgo de exclusión y vulnerabilidad», explica Sánchez, aunque también reconoce que los empresarios muchas veces rechazan a los jóvenes o extranjeros como mano de obra «nosotros mismos les incapacitamos para trabajar», reprocha. Pero reconoce que en el mes y medio que llevan trabajando en el programa en la comarca, han conseguido un éxito rotundo.
Hasta cuatro empresarios han manifestado sus demandas, con las que la ONG comienza a funcionar «lo que nosotros hacemos es ver sus necesidades y, a partir de ahí, a través de las redes sociales y de los medios internos, intentar promocionarlas para cubrirlas. Nosotros en esa mediación no ganamos nada. Tiramos de nuestros fondos». Lo que ofrecen es su sede como lugar de contacto cara a cara entre trabajador y empresario y, a partir de ahí, un voluntario secunda la posible relación que se inicie entre ambos, con el fin de comprobar que todo lo que se ha ofertado se cumple.
La ONG exige a los empresarios que los contratos que realicen estén dentro de la legalidad y a los trabajadores el cumplimiento de su oficio en cualquier localidad de España. Y ahí acaba el cometido de la organización que ve mucho potencial en estos primeros pasos por los que ha caminado la idea. Hasta el momento, han llamado a sus puertas jóvenes y familias a las que no les importa moverse a donde sea para poder contar con un trabajo del que vivir. Los empresarios, casi siempre pequeños, llegan para compartir el proyecto «suelen necesitar una media de 8 trabajadores para sus proyectos», dice Sánchez.
Hasta el momento cuentan con un empresario vinícola de Ponferrada que quiere contratar a seis jornaleros para la vendimia. En León hay otro empresario que pretende realizar contratos temporales para la recogida de manzanas. Desde Cáceres, otra firma ha abierto las puertas a la posibilidad de que trabajadores bercianos que contacten con la ONG puedan trabajar en la recogida del pimiento para hacer pimentón de la Vera. Esta es una de las puertas más interesantes, ya que Sánchez apunta que el empresario ha dicho que expandirá esta fórmula entre otros productores para que sigan el mismo trazado «y allí se necesita mano de obra», dice.
También un empresario gallego del sector forestal ha solicitado trabajadores para la tala de pinos «y los quiere durante todo el año», dice Sánchez. La ONG intenta facilitar la coordinación con los empresarios, incluso para costear la movilidad del trabajador o el alojamiento todo para «hacer conciencia y que el empresario vea la parte positiva de la situación».
Aunque reconoce la presidenta que, de principio, pensó que el programa no tendría éxito «porque la gente no quiere volver al campo», ha comprobado que «lo que les faltaba era motivación». Asegura que el regreso al espacio agrícola es necesario «y es diferente a lo que había. Hay mucha tecnología, no se trabaja igual», dice, pero «falta coordinación» para sacar proyectos adelante. Su idea es conseguirla de la mano de otras organizaciones y de las instituciones «tendríamos que hacer un proyecto común, un consejo con todas las entidades sociales para trabajar en conjunto . Eso funciona», dice.
Por el momento, desde la ONG Mirando hacia el futuro trabajan en otros proyectos como uno de investigación del rural con el fin de estimular el emprendimiento entre personas con riesgo de exclusión «queremos incluir al Banco de Tierras al Banco de Locales e incluso nos parece interesante que se haga un Banco de Viviendas». También estudian otro programa que pueda garantizar, de alguna manera, el trabajo en el campo «en un año que la cosecha ha sido mala, para que el empleo no se ponga en peligro, la idea es ubicar a esos trabajadores en otros lugares, con otros productos que hayan ido bien», explica Sánchez, para lo que se requiere que los interesados nunca tengan fronteras en sus proyectos.
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06/09/2018
Actualizado a
12/09/2019
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