Tras el debate suscitado por las obras en las escalinatas de la Colegiata entre asociaciones culturales de Villafranca del Bierzo que querían que se respetara la losa secular ante la pretensión de cambiarla, el Ayuntamiento de Villafranca del Bierzo ha promovido un frente común con esas agrupaciones para la protección del patrimonio histórico y cultural de la villa.
La intención es “garantizar la protección de los bienes históricos y culturales del municipio, abriéndose así al diálogo y a la colaboración con los colectivos locales”.
Después de reunirse con esas asociaciones, el alcalde Anderson Batista y representantes de algunas de ellas coincidieron en la importancia de coordinar esfuerzos para evitar actuaciones controvertidas y fomentar un modelo de conservación basado en el consenso y el respeto por la identidad histórica de Villafranca. “Este enfoque permitirá no solo salvaguardar el legado patrimonial, sino también potenciarlo como un activo cultural y turístico de primer nivel”, explican desde el Consistorio.
El primer punto tratado, por orden de prioridad, fue la propuesta de la Alcaldía para la reorganización del tráfico en el casco histórico y la peatonalización de la Calle del Agua , una de las vías más emblemáticas del municipio y parte fundamental de su patrimonio histórico y cultural. Aunque estaba previsto someterla a votación en el último pleno, los grupos políticos acordaron aplazar la decisión, lo que ha generado incertidumbre sobre su futuro. La calle permanece cerrada al tráfico desde la conclusión de las obras, y su destino será definido en las próximas semanas en una nueva sesión plenaria,” en la que tendrán gran relevancia los fundamentos compartidos por este frente común para la protección del patrimonio de la villa”. La decisión está en mantener activo un tráfico por esta zona o proceder a su semipeatonalización para preservar el tránsito peregrino que acumula.
Al promover esta iniciativa inclusiva y colaborativa, se plantea una comunicación activa entre Ayuntamiento y colectivos culturales, dando voz a estos últimos, no solo ante futuras intervenciones en el casco histórico, sino también como un espacio de encuentro periódico para compartir ideas e iniciativas que fomenten un nuevo sistema de protección, difusión y concienciación de las extensas riquezas del municipio de la "Pequeña Compostela".
Las agrupaciones culturales aplaudieron este movimiento, pero lamentaron que se haga después de haber perdido la batalla en las obras de restauración de las escaleras de la Colegiata, que finalmente perdieron su estética secular por el cambio de color de losa que consideran que no está justificado, como apuntaba la Junta, por la falta del material indicado, puesto que aseguran que se podía encontrar “incluso por Google”, explicaba el presidente de la agrupación Cultura 54, Fernando Brugman.