La Concejalía de Mayores en el Ayuntamiento de Ponferrada presenta una publicación vinculada al proyecto Faro relacionado con la soledad no deseada. El alcalde de Ponferrada asegura que el sentimiento de solidaridad en Ponferrada es "muy arraigado, profundo" y que aflora cuando es necesario "siempre ha estado a la altura", apunta. Saber que no se está solo si no se decide hace pensar que la sociedad actual "tiene algo para corresponder en este esfuerzo".
Faro está vinculado al barrio de Flores del Sil y es un proyecto que nació para amparar a las personas del mismo que se encontraran en situación de soledad no deseada "y generar un barrio más amigable". Para llevarlo a cabo trabaja un equipo de profesionales que arropan a esas personas y un equipo de voluntarios formados en esta problemática.
A partir de este programa ha surgido la revista Voces de vida, una iniciativa que fusiona la riqueza de las historias de vida con educación y cultura. Morala destaca la innovación de este proyecto, promoviendo habilidades de comunicación y escucha activa. Son 36 páginas que inician un camino conociendo a los vecinos "y ponen al ser humano en el centro de la actividad política".
Este primer número se le ha encomendado al Colegio la Inmaculada de Camponaraya por ser el único que cuenta con una titulación de técnico de animación sociocultural.
La concejala de Mayores, Mari Crespo apunta la importancia de trabajar para enfrentar la soledad no deseada "es muy difícil", reconoce, porque hay que estar pendientes de esas personas. Asegura que es un problema que ha crecido y que los voluntarios intentan atajar "para que tengan una buena vida".
Hay 35 usuarios en este momento y todos quieren involucrarse ya en un segundo número de esta revista "quieren contar su vida", dice. También hay un proyecto para realizar una excursión a León con ellos.
Cristina Fernández es educadora social del proyecto Faro que también cuenta con una psicóloga. Reconoce que el inicio de la revista es un paso adelante "interioriza sus vivencias y se les da protagonismo", además de disminuir el sentido de soledad. El número de usuarios ha crecido este año de 24 a 35. También crecen los establecimientos "faro" que están una treintena, y son los que se encargan de detectar el problema. El perfil del usuario en la actualidad es el de una mujer de una edad superior a ellos.
De este proyecto, Fernández ha aprendido que "la soledad no deseada es muy dura. Demandan atención y cariño", dice. Hay casos muy graves y complejos pero, del lado positivo, alguno ha salido del programa.
Una vez por semana tienen reuniones con los servicios de Salud Mental para dar cuenta del proyecto y mejorarlo. Y la intención es que se extienda al resto de la ciudad.