Fue en 1991 cuando Prada se lanzó a la aventura de hacer un ‘champán’ del Bierzo. Para ello se fijó en el saber hacer de los franceses y escogió la variedad reina de la Champaña, el chardonnay, pero le añadió el toque berciano, el godello. El resultado es un espumoso de calidad con más de dos años de crianza que ha conseguido en estos años grandes premios nacionales e internacionales.
La Navidad en el Palacio de Canedo comienza con la inauguración del alumbrado, que este año fue el 28 de noviembre, y con la degustación de la última añada del Xamprada, el vino espumoso de calidad de Prada que, aunque en estas fechas tiene su pico de ventas, cada vez es un producto más desestacionalizado y del que se vende casi un tercio en el mercado exterior.
La historia del Xamprada es un caso de éxito más del bodeguero cacabelense. Cuando comenzó a plantar los viñedos que ahora lucen en la fachada del Palacio de Canedo, y sabiendo que esos suelos eran perfectos para blancos, Prada decidió repartir los plantones entre godello y chardonnay.
Respetando como respeta Prada la larga tradición y el ‘savoir faire’ de los franceses sacando el máximo partido a sus vinos según el territorio en el que están, decidió mirar hacia la Champaña que comparte similitudes con nuestro Bierzo.
La chardonnay es la variedad más indicada para el proceso de envejecimiento en botella tras la segunda fermentación, es lo que da cuerpo y vida, y no en vano llevan tres siglos transformándose en burbujas. De modo que Prada la prefirió frente a otras variedades…
Pero para hacer algo único no bastaba con el chardonnay, y ahí es donde entraba el coupage de godello, que es lo que le da la diferenciación al Xamprada porque nadie había probado con este «mestizaje». Es más, eran unos años en los que el godello pasaba desapercibido frente a la mencía y eran poquitas bodegas las que apostaban por él. Prada no dudó ni un momento, y le quiso dar una vuelta de tuerca con el Xamprada. Por cierto, luego vendría el primer dulce de godello del Bierzo, el Pardoxín, y más tarde el primer vino de paraje blanco envejecido en roble, el Prada San Martín…
El godello es la chispa del Xamprada, la frescura y esa explosión de aromas que combina con la fina burbuja fruto de las largas estancias en rima de las botellas (con sus levaduras, en el fondo de la cava situada debajo del Palacio) antes de salir al mercado, casi siempre coincidiendo con la Navidad.
El Xamprada, siempre Brut
Los vinos espumosos de calidad siguen el «método tradicional», o lo que es lo mismo, una segunda fermentación en botella unida a largas rimas que confieren la complejidad y el afinamiento de la burbuja. Los espumosos pueden ser más o menos dulces, pero los más demandados son los Brut, como el Xamprada, de burbuja fina y persistente que combina con la mayor parte de los platos y puede acompañar una comida de principio a fin, siendo los dulces más apropiados para los postres. En cualquier caso, un Xamprada en la sobremesa mejora siempre las conversaciones…
Blanc de noirs: todo a la mencía
La unión de chardonnay y godello le da esa diferenciación en el mercado internacional, pero no es el único secreto que guarda ya que desde hace varias cosechas el enólogo de la bodega, José Manuel Ferreira, ha afinado más el coupage al introducir la mencía en los Xamprada blancos. Es lo que se llama «blanc de noirs», es decir, un espumoso blanco que lleva una variedad tinta, y en este caso es la mencía.
El otro espumoso que siempre triunfa es el Xamprada elaborado con mencía y godello, un espumoso rosado, también brut de un precioso y brillante color que te hace ver la vida un poco más «de color de rosa»…
El Xamprada no es DO Bierzo porque el Consejo no tiene los espumosos en su portfolio, pero en cambio lleva la contraetiqueta de los vinos ecológicos, reafirmando así el compromiso con el medio ambiente y con la tierra que Prada lleva a gala en todos sus productos. Y tiene una gran ventaja de cara al consumidor: que se degüella manualmente, de modo que va saliendo al mercado según la demanda para mantener la frescura que algunos espumosos pierden al quedar arrinconados en los lineales esperando la siguiente Navidad…
Así que, en estas fechas, para no fallar, Xamprada en la mesa para empezar… y luego ya lo que vaya pidiendo el cuerpo.