Como los abetos o los belenes, ‘El cascanueces’ está ligado a las fiestas navideñas. En medio mundo (de Moscú a Nueva York, de Múnich a Londres), las familias inundan los teatros. Los pequeños se inician en la danza con una pieza perfecta por su breve duración, su argumento sencillo y su música reconocible. El Royal Ballet londinense ha agotado entradas con su producción, referencia internacional. La creó en 1984 el británico Peter Wright, primero bailarín, más tarde profesor y director asociado de la compañía. Como coreógrafo, revisó clásicos del repertorio como 'Giselle' o este título, última de las tres colaboraciones entre Chaikovski y los coreógrafos Marius Petipa y Lev Ivanov, tras ‘El lago de los cisnes’ y ‘La bella durmiente’. «La partitura es una mina de oro de ideas, un milagro», la describió Simon Rattle. De ella nos suenan casi todas sus melodías: la danza china, la ‘Trepak’, el ‘Vals de las Flores’, el ‘Adagio del Pas de deux…’ La cultura pop se encargó de emplearlas en anuncios, bandas sonoras del cine (‘Fantasía’), series de dibujos (‘Los Simpson’, ‘Looney Tunes’) o videojuegos (‘Lemmings, Tetris’).
El otro gran don del ruso era su virtuosismo como orquestador; para prueba, sus sinfonías. Saca partido de todas las secciones (en especial de la percusión), logra descripciones prodigiosas (el pizzicato de arpa y violines que imita la nieve), variedad de colores y una atmósfera «de juguete» mediante el uso de silbatos, campanillas o carracas. El tono mágico lo potencia la celesta, una especie de piano que en lugar de cuerdas lleva placas de metal, y a la que recurrió John Williams para ‘Harry Potter’.
La fama de ‘El cascanueces’ casi ha hecho que olvidemos su tortuoso comienzo: no solo se estrelló en el estreno en el Mariinski (la crítica denostó la trama por infantil, y a los espectadores les desesperó que no hubiera bailes en condiciones hasta el segundo acto), sino que su propia gestación fue accidentada. Los Teatros Imperiales contrataron al compositor para un programa doble: debía componer a la vez la ópera Iolanta. Pero él, amante de la gran literatura rusa (puso música a Gogol o Pushkin), nunca se sintió cómodo con el cuento de hadas del alemán E.TA. Hoffmann, adaptado por Alejandro Dumas padre: una fábula navideña sobre las aventuras de una niña en un mundo de fantasía y gominolas. A estas dificultades se sumó la ruptura con su mecenas, Nadezhda von Meck, y la enfermedad del veterano Petipa, quien delegó la coreografía en su ayudante, Ivanov. Lo peor llegaría mientras Chaikovski viajaba de gira hacia EEUU: supo por carta de la muerte de su hermana. Sin embargo, las tragedias le servían de estímulo: si había escrito Eugene Onegin tras un catastrófico matrimonio, aquí vio en Clara, la heroína, un paralelismo con Sasha.
Esta obra, que Cines Van Gogh retransmiten este jueves a las 19:45 horas, exige un elenco inmenso (sobre todo por las múltiples danzas del segundo acto), pero solo llega a buen puerto si brillan las dos parejas protagonistas. Aquí, el Hada del azúcar será la argentina Marianela Núñez, liviana pero segura; como príncipe, el ruso Vadim Muntagirov, siempre aristocrático. En la piel de Clara, Anna Rose O’Sullivan, inglesa de solo 24 años, punta de lanza de las últimas generaciones. En breve dará vida a Julieta también en Covent Garden; su Romeo será el virtuoso Marcelino Sambé, aquí un Cascanueces carismático. El portugués, solista desde 2017, obtuvo el Premio nacional de Danza.
Si este montaje mantiene la vigencia tres décadas después de ver la luz se debe no solo al impecable cuerpo de ballet de Covent Garden, o a los imaginativos decorados y el delicado vestuario de Julia Trevelyan Oman, ni siquiera a la orquesta, liderada con gusto por Barry Wordsworth, sino principalmente a su credibilidad. Wright (a sus ¡90 años!) todavía acude a algunas funciones y propone sugerencias. Reputado narrador, quería «que cada paso conectase con el público». La caracterización de los personajes se ha ido afilando, en especial en el caso de Clara. Drosselmeyer, al principio siniestro y con parche en el ojo, ahora es un mago benevolente.
‘El cascanueces’ vuelve por Navidad
El montaje de Peter Wright con Marianela Níñez y Marcelino Sambé llega este jueves a los cines Van Gogh
27/12/2018
Actualizado a
13/09/2019
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