
Una mansión corroída por el paso del tiempo se convierte en un persona más de la historia ideada por Poe. Roderick y Madeline, hermanos mellizos y últimos representantes del linaje, sufren una suerte de fenómeno simbiótico incubado a lo largo de los siglos, que une sus destinos al declive del palacio familiar. Christian, amigo de Roderick, se convierte en narrador y testigo de la caída de la Casa Usher.
El formato de ópera de cámara reduce la cantidad de artistas en el escenario y permite realizar una representación más íntima del relato, combinando el lirismo del canto, el dramatismo de la declamación y la intensidad psicológica de los diálogos.
Sobre el escenario el tenor Aurelio Puente y el bajo Alfonso Baruque y en el apartado musical la violonchelista local Georgina Sánchez y el pianista polaco Krzysztof Stypulkowski.