El complicado día a día de los pueblos aislados por la nieve

"Nos apoyamos mucho", asegura la gerente de un negocio hotelero de Cubillas de Arbas

C. Centeno
08/02/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Cubillas de Arbas este jueves. | HOTEL RURAL RÍO VIEJO
Cubillas de Arbas este jueves. | HOTEL RURAL RÍO VIEJO
"Estas nevadas son una faena muy gorda para los negocios". Lo dice Ana Cañón, del Hotel Rural Río Viejo de Cubillas de Arbas, después de llevar varios días incomunicados. En el pueblo, que tiene 22 vecinos –entre ellos tres niños que llevan más de una semana sin ir a clase–, tratan de sobreponerse a la nieve aunque "el día a día te lo fastidia del todo".

Con paredes de más de un metro cubriendo el valle, durante los últimos días los vecinos han tenido que anular médicos y otras citas por la imposibilidad de salir del pueblo. Este miércoles, después de que una fresadora y la quitanieves abrieran camino, tres vecinos del pueblo pudieron bajar a Villamanín a hacer acopio y comprar algunos productos que necesitaban los vecinos, sobre todo los más mayores: medicamentos, pan, fruta... Pero la vuelta "fue dura" y ya no han salido del pueblo, aunque este jueves al menos han visto el sol. 

Entre los pocos vecinos que son en el pueblo, intentan hacer el día a día lo más llevadero posible. "Nos juntamos para comer y estamos en contacto siempre", sobre todo con los vecinos más mayores que no pueden salir de casa en días de nieve.

Las previsiones meteorológicas no hablan de más descanso en el temporal que el de este jueves, aunque prefieren no mirar el tiempo para no ser pesimistas. En el Hotel Rural Río Viejo, la falta de comunicación de estos días y las previsiones próximas ya han hecho que "tengamos todo cancelado, sin poder trabajar por el tiempo". 

Eso sí, reconocen que "el invierno aquí es así" y piden no mayor afluencia de las quitanieves "que cuando puede viene", si no que la carretera esté mejor, "con mejor firme y más señalizada", para que cuando tienen que hacer frente a estas nevadas las máquinas, al menos, puedan trabajar. Los más afectados por el temporal de ese valle han sido los pueblos de Cubillas y Casares de Arbas, que han estado incomunicados. Tampoco es fácil andar por las calles del pueblo, aunque este jueves y aprovechando el sol, sobre todo los niños no han querido perderse la diversión de la nieve. También algunos vecinos han aprovechado para, pala en mano, tratar por ejemplo de empezar a desenterrar los coches a los que la nevada pilló en la calle.

"Nos apoyamos mucho entre nosotros", confiesa Ana, porque si no la situación sería aún más insostenible. Las previsiones no son buenas para los próximos días y la Cordillera Cantábrica continúa en alerta ante el riesgo de nevadas, una situación que negocios como este de Cubillas de Arbas temen, lamentando que este año la nieve venga siempre de cara al fin de semana, complicando así las visitas de turistas a su alojamiento.
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