Recuerda Ricardo Pellitero, alcalde del municipio de Villabraz al que pertenece el pueblo de Alcuetas, como por aquel entonces acababan de presentar un proyecto para reforzar las paredes y hacer la cubierta del edificio con una subvención de la Diputación de León. Habían invertido más de 12.000 euros en aquel proyecto que se derrumbaba al mismo tiempo que el castillo y tuvo que ser readaptado a su nueva situación, más ruinosa que la anterior. «Había sido un gran esfuerzo teniendo en cuenta que somos un pueblo pequeño», explica al pie del castillo de Alcuetas, ahora rodeado por una estructura metálica en la que se mueven con agilidad los trabajadores de la empresa Decolesa que es la encargada de las obras. Estas avanzan a buen ritmo aunque la meticulosidad a la hora de mover una piedra es mucha.

Todo esfuerzo es poco por todas las partes implicadas en el proyecto con tal de recuperar el castillo de Alcuetas. Este se trata de una construcción del siglo XVI. El inmueble es una obra de mampostería de piedra y cantos, todo unido con argamasa de cal y arena, un modo de construcción muy similar al del castillo de Valencia de Don Juan, según declaraciones del historiador Javier Revilla. «En origen fue un fuerte rectángulo de 14 por 10 metros de perímetro, a modo de torreón, un tamaño similar a la torre del homenaje del castillo coyantino aunque es inferior a aquella en altura, pues aquí sólo alcanza dos pisos», explicaba entonces tras el derrumbe lamentan que lo sucedido era «un síntoma de lo abandonado que está el patrimonio».
Ricardo Pellitero pone ahora la vista en el futuro y cuenta que «la ilusión» del pueblo es «poder recuperar la parte derrumbada y hacer la cubierta», tal y como planeaban inicialmente. «Ojalá algún día entre estos muros podamos albergar la sede de la Asociación Cultural El Cerro», afirma cargado de esa ilusión que le transmiten los vecinos. Para ello hará falta más implicación de las administraciones «porque el dinero que tenemos no alcanza». El alcalde del municipio expresa su agradecimiento a los vecinos que se han prestado a ayudar en la medida de los posible con sus herramientas para echar una mano. «Siempre están dispuestos a todo con tal de conservar el castillo, nuestro bien más preciado», reconoce Ricardo que explica que «incluso han venido a decir que si hace falta dinero para acabar las obras, lo ponen ellos». Alcuetas tiene más fortaleza que su castillo: el empeño de sus vecinos.