El feminismo es inclusivo

La ansiedad no me ha dejado dormir en toda la noche. Puedo comprender que no me entiendan pero censurarme en pleno escenario fue demasiado.A las mujeres trans, hombres trans y personas no binarias (personas que no se identifican con la dualidad hombre-mujer), nos afecta el machismo tanto como a las mujeres cis, y tenemos la dificultad añadida de que nuestra identidad, lo que somos, no sea reconocida por la mayoría de la población. En la manifestación que encabezaba la Asociación de Feministas Bercianas -8 de Marzode 2022, Ponferrada-, estuvieron cantando consignas tránsfobas todo el camino. Lo traduzco, estuvieron gritando mensajes de odio contra las personas que no se sienten en paz ni conformes con el género que les impusieron al nacer, solo por cómo eran sus genitales.

El mismo sufrimiento que les mueve a ellas, el odio que recibimos, los maltratos, las violaciones, los asesinatos, es lo que nos mueve a nosotres a luchar contra el patriarcado El mismo sufrimiento que les mueve a ellas, el odio que recibimos, los maltratos, las violaciones, los asesinatos, es lo que nos mueve a nosotres a luchar contra el patriarcado.También recibimos violencia por ser lo que somos, y lo que pasó este 8M es signo de ello. Ellas dicen por instagram que soy una «víctima del sistema» cuando soy víctima de su propia violencia. Y admiten que no se arrepienten de lo que me han hecho. Eso no es feminismo. Aunque su objetivo sea abolir el género, actualmente este es una realidad y nos afecta.

La razón por la que me subí a ese escenario fue porque me dolía, por mí y por mis compañeres. Solo quería que hicieran el intento de entendernos, mostrar el porqué de nuestra existencia. Quise leer un poema que escribí en la cuarentena en el que expresé cómo me sentía respecto a mi identidad. En mi poema no ataco a hombres, tampoco a mujeres. No iba sobre eso. Iba sobre lo que yo sentí: angustia, confusión; alivio, esperanza. Yo escribí eso para entenderme y esperaba que escuchándolo se pusieran en mi piel y en la de otras personas trans. Pero con ellas no hubo ocasión. Las preguntas que me hacía en esa época eran: ¿quién soy yo? ¿Realmente me siento identificada con la palabra mujer?, ¿Las connotaciones que esta palabra ha adquirido para mí con el paso de mis 23 años me pesan demasiado y no puedo avanzar? ¿No me gustaría limpiar de connotaciones negativas esta palabra, hacerla más flexible, más fácil de habitar? ¿No me priva esta palabra de expresar con libertad partes de mi ser? También, esta forma de ver el mundo, de opuestos, me separa de otras personas a las que quiero, lo que me separa era el dolor.

Por eso me mudé al término “no binario”, me hizo sentir aliviada. Bajo este paraguas sigo identificando conceptos positivos que tenía antes, y algunos negativos. Pero he conseguido olvidarme de los que más me dolían. El trabajo no está terminado, sufro la misma violencia que cuando estaba bajo el paraguas “mujer” (mucha gente me percibe como mujer), pero este nuevo término me ayuda a sentirme mejor conmigo misma y a luchar.

Y si nos trataron así es porque tienen miedo, y su miedo con la presión lo están convirtiendo en odio. Yo también sentí miedo Sé que ese peso también lo sufre en mayor o menor medida la mujer que me quitó el micro y el resto de mujeres que formaba la organización. Si coincidimos allí fue precisamente porque compartimos la misma lucha. Y si nos trataron así es porque tienen miedo, y su miedo con la presión lo están convirtiendo en odio. Yo también sentí miedo. Siento y sentiré. Pero me hice la promesa de que cuando el miedo me invadiera, me pararía y me encargaría de deshacerme de él, sin importar que volviera. Conseguir visualizar cómo actuar y conseguir ver más allá de mí lo que sienten los demás, aunque sea difícil y aunque me equivoque.

En el día 8, llegó un punto en el que se parecieron demasiado a ese patriarcado contra el que todes luchamos. Nos querían calladitas, igual que Neruda en su poema. Ejercieron su poder contra nosotres. Mientras ellas luchan por sus derechos y libertades, nosotras además tenemos que luchar por que se reconozca nuestra existencia. Ellas no necesitan resistir para que el mundo sepa que existen . Duele porque nosotres allí, en la manifestación, en el escenario, quisimos que se nos comprendiera, luchar juntas, darles nuestro punto de vista, y en lugar de escucharnos y apoyarnos, nos silenciaron y nos rechazaron.

Vi en una publicación de @mujeresabolicionista.leon en el que apoyaban a la Asociación de feministas Bercianas que yo era menor de edad, soy del 99. Es fundamentalmente erróneo que las portavoces de esta organización se permitan hacer este tipo de afirmaciones falsas, que además parece que tienen como objetivo desacreditarme.

Prefirieron llenar su discurso con inventos en vez de callar lo que no saben o informarse. Eso es mentir. El mensaje que les quiero dar es que se intenten deshacer del miedo, que no odien, que intenten escuchar y hablar con personas como nosotres. Yo me volví a subir al escenario para hablar con esa mujer pero los gritos de fondo y su mirada apenada, compadeciéndose de mí, me hizo llorar y bajarme. No necesito que se compadezcan de mí por lo que soy. "Condescendències les justes, amor".

Un abrazo, Eva.

Soy graduada en diseño gráfico, en mi canal de YouTube, donde podéis encontrarme como Heva Martínez, subo contenido sobre literatura y diseño gráfico. En Instagram soy @heva_martinez, por si alguien quiere saber más de mí.