El leonés de los 109 años

La Asociación de Jubilados de Puente Castro homenajeó este viernes a su vecino más longevo, Saturnino, que cumplía 109 años

Fulgencio Fernández
10/02/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Saturnino de la Fuente en la celebración de sus 109 años. | MAURICIO PEÑA
Saturnino de la Fuente en la celebración de sus 109 años. | MAURICIO PEÑA
«Yo, la verdad, estoy muy bien y más para los años que tengo». Con estas palabras llegó este viernes Saturnino de la Fuente a la sede de la Asociación de Jubilados La Flecha del barrio de Puente Castro, que le homenajeaba por ser su vecino más longevo, ya que cumplía la nada despreciable edad de «un ciento y otros nueve años más, porque nací el 8 de febrero de 1909, aunque no me inscribieron hasta tres días después».

Los vecinos que esperaban a quien es el hombre más anciano de la provincia (hay una mujer de Columbrianos, Antonia Gómez, que ya hizo los 109 en agosto) no se podían creer que fuera aquel paisano que entró andando sin necesidad de ayuda, con una simple cacha, y al que solo algo de sordera delata sus muchos años. Rodeado de un buen número de familiares se dirigió a la mesa presidencial, donde le esperaba la Junta directiva de la Asociación y la concejala Aurora Baza, para recibir la placa que le entregaron y los merecidos aplausos, «por los años que tienes y los que vas a cumplir», le dijeron, pero Saturnino tiró de su sabiduría para matizar: «Mientras esté bien, como estoy ahora, que siga la cosa así, sea, pero el día que esté mal, fuera, que no hay que dar guerra y lo mío ya lo viví».

Y tanto que lo vivió este hombre, muy conocido en el popular barrio leonés, por estar muy vinculado a su histórico equipo de fútbol y, sobre todo, por haber sido el zapatero de Puente de Castro de toda la vida.

- ¿Ha sido zapatero?
- Remendón.
- ¿Y qué le gustaría pedir?
- Que no baje la Cultural.
- Puestos a pedir,mejor que suba a Primera.
- No, en Segunda ya está bien.

Se mostraba feliz Saturnino de la Fuente de poder celebrar sus 109 años con sus vecinos del barrio, ya que en los últimos años había ido a pasar el invierno en Benidorm con una de sus siete hijas y el yerno. «Cuando cumplí los 105 me hicieron un homenaje allí, fue el alcalde un día a un sitio donde estaba jugando la partida y no se creía que tuviera 105 años. El alcalde se llamaba Agustín Navarro», recuerda el leonés, que ayer se encontraba muy arropado por su familia y sus vecinos, por eso no pudo tener mejor deseo para los presentes cuando le pidieron que dijera unas palabras: «Yo para los de Puente Castro lo que pido es que vivan más que yo».
Ni que decir tiene que cosechó una más que cerrada ovación.

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