"El psiquiatra me dejó claro que Nevenka denunciaba o se nos moría"

La madre de la que fuera concejala de Hacienda en el Gobierno popular de Ismael Álvarez recuerda lo acontecido después de que su hija denunciara al regidor por acoso

Mar Iglesias
09/12/2017
 Actualizado a 18/09/2019
Nevenka denunció el acoso en Ponferrada públicamente por primera vez y después lo hizo en Madrid, con un semblante apagado. | ICAL
Nevenka denunció el acoso en Ponferrada públicamente por primera vez y después lo hizo en Madrid, con un semblante apagado. | ICAL
Han pasado casi 17 años desde que la joven concejala de Hacienda de Ponferrada, Nevenka Fernández, destapara el acoso sexual al que aseguraba que estaba sometida por parte del, en aquel momento, alcalde de la ciudad, el popular Ismael Álvarez, un tiempo que «le ha cambiado por completo», reconoce su madre, Francisca García, que, pese a todo, hoy mira atrás orgullosa de los pasos que dio su hija en 2001 «sigo siendo la madre de Nevenka y estoy orgullosa de ella porque fue un referente. Fue la primera persona que ganó a un político y le hizo dimitir. Era aforado y tuvimos que pasar por tres tribunales, pero en todos le ganó». Levanta la cabeza la madre de Nevenka, al tiempo que asegura que ahora quieren olvidar aquel capítulo que llevó a su hija a vivir una baja de tres meses, a perder 10 kilos de peso y a dejar de ser esa ilusionada joven de 26 años que se iniciaba en el mundo de la política después de ser una prometedora auditora que despuntaba en Arthur Andersen.

Su madre recuerda que ella le aconsejó que no entrar en el Ayuntamiento de Ponferrada «y sé que eso le ha pesado mucho y le sigue pesando, aunque ahora está muy bien», dice. «Es una madraza», reconoce, aunque lamenta verla menos de lo que querría. Tiene dos hijos mellizos de cinco años y un marido con el que ha iniciado una nueva vida en Irlanda, separada de todo y con las visitas al Bierzo contadas «viene muy poco y cuando lo hace se queda en casa. Solo va a Ponferrada a ver a su abuela y poco más», relata García. En el fondo, considera que la vida de su hija se ha diseñado en base a aquel episodio negro que, si no hubiera ocurrido, no se la habría llevado tan lejos «supongo que no estaría en Irlanda, aunque está muy bien, es auditora y viaja mucho», pero el acosador sentenciado sigue viviendo en Ponferrada e incluso pudo seguir metido en política creando un partido con sus siglas después de lo sucedido.

García asegura que conocía dos casos más de acoso por parte del regidor, pero las víctimas no quisieron hablar«Es algo que no puedes olvidar, como la muerte de un hijo, está ahí siempre y supongo que te transforma», reflexiona García, que recuerda con especial desazón la rueda de prensa que su hija dio en el hotel El Temple de Ponferrada para destapar el acoso al que estuvo sometida después de haber mantenido unos meses de relación con Álvarez. En aquel momento la tildaron de despechada, de niñata, de caprichosa«y todo porque ella había dicho a un hombre que no. Era una chica con poca experiencia, le pilló todo muy joven y aquel ‘no’ no se respetó», dice García.

Pero Nevenka no aceptó callar y quiso denunciar, incluso su intención era hacerlo meses antes «pero el psiquiatra no le dejó. Dijo que no estaba preparada y que era como ir a la guerra sin soldados». ‘Paquita’ García recuerda que Nevenka no quiso avisarle de que iba a hacer ese anuncio «no nos quería preocupar, porque estábamos en Madrid, pero nos dejó tocados», recuerda.

Cuando las escasas fuerzas se lo permitieron, Nevenka dio la cara y, desde entonces, el calvario familiar se desencadenó sin cuartel «fueron a por nosotros como kamikazes. No les importó que nuestra empresa diera de comer a 30 o 40 familias. Les dio igual todo. Intervino la cúpula del PP en Madrid con Aznar y Ana Botella incluso, con toda la fuerza». Pero Nevenka no se calló y relató las persecuciones a las que se veía sometida por el alcalde después de que acabaran con su relación. Frente a ella, jueces, concejales y parte de la sociedad berciana, algo en lo que sigue pesando su madre y que incluso les hizo cambiar de domicilio –por aquel entonces vivían en Ponferrada y se trasladaron a Villadepalos-. «Recuerdo que nos avisaron de que había una contramanifestación a la que se había convocado a favor de Nevenka. Yo no quería enfrentamientos con nadie, porque siempre he pensado que era una cosa entre dos personas. Nunca juzgué como alcalde a Ismael, que estoy segura que incluso hizo cosas buenas por la ciudad, pero con mi hija era un prepotente y lo demuestra que fue condenado. No nos inventamos nada». Es más, asegura que había otros dos casos de chicas que habían asegurado que también habían sido acosadas por Álvarez, pero no quisieron declararlo «yo hablé con ellas para que se sumaran a la denuncia de mi hija, pero no tuvieron la fuerza de hacerlo. Si lo hubieran hecho, hubiera sido todo más fácil».

«Es algo que no puedes olvidar, como la muerte de un hijo, está ahí siempre y supongo que te transforma»Reconoce García que su hija fue muy valiente al enfrentarse a una persona poderosa y espera que sea el tiempo el que ponga a cada uno en su sitio «la justicia lo ha hecho, pero espero que este señor pague por el daño que ha hecho», pide casi como sentencia del cielo.Mientras, Francisca García ‘Paquita’ sigue adelante como concejala en Carracedelo, donde se presentó por una formación de izquierdas ‘Sí Se Puede Carracedelo’, aunque más tarde dejó esas siglas, pero sigue como edil «me he comprometido con los votantes y sigo trabajando por ellos», dice. Es su día a día, ahora con algún achaque y a las puertas de la jubilación, que espera que le lleve más a Irlanda a ver a sus nietos y a compartir tiempo con su hija. García reconoce que en todo este tiempo ha cambiado la sociedad y cree que ahora no sería lo mismo que en aquel momento «ya se ve lo que ha pasado en Hollywood con las actrices, que comienzan a denunciar acosos, pero Nevenka en aquel momento era la primera que se atrevía».

Desde entonces, les ha costado recuperar la tranquilidad «nos ofrecieron grandes cifras de dinero por ir a contar cosas. Recuerdo que el programa Crónicas Marcianas era el que más nos ofrecía, pero nunca quisimos salir a hablar. Solo queríamos justicia y recuperar la tranquilidad», dice García. Lo han conseguido, con los cambios de vida que han tenido que asumir, pero ver de nuevo las imágenes de los juicios en la televisión cuando menos se lo esperan, reconoce la madre de Nevenka que es duro «estos días he visto imágenes y me he hartado de llorar. Entiendo que los medios tienen que recordar cosas, pero no tienen en cuenta que yo perdí a una hija que estaba enferma en aquel momento y que sigue apareciendo en las imágenes. Eso me afecta mucho, no solo a mí, también a mis nietos», se queja lacónicamente García.


Tras relatar públicamente el acoso, Nevenka dimitió como concejala, escudada en su propia dignidad


Enfundada en una chaqueta de lana, sin maquillar y con los ojos encharcados de lágrimas resecas, Nevenka convocaba a la prensa para poner fin a los días sin dormir y a una situación que decía que llevaba meses soportando. «Tras el no comenzó el acoso», relataba en 2001. Destapaba su relación con Álvarez, al que «tras decirle que no tenía claros mis sentimientos, concluyó la relación y empezó el infierno», decía en aquella comparecencia. Un acoso al que ponía escenas «desprecio a mi trabajo, comentarios despectivos que prefiero no repetir, mensajes de móvil...». Al tiempo que denunciaba la situación por la que pasaba, presentaba su dimisión y decía que se trataba de una cuestión personal, fuera de siglas políticas y de más líderes que el propio acosador.

«A pesar de correr el riesgo de equivocarme… tengo 26 años y dignidad. Se la debo a quienes depositaron en mí su confianza: a los ponferradinos. Me lo debo a mí misma y se lo debo a todas las mujeres que ahora mismo pueden estar viviendo una situación tan terrible como esta», decía una Nevenka que llamaba la atención por su aspecto físico, tan separado del cuidado con el que solía aparecer siempre públicamente.Y ahí empezó la soledad de Nevenka, de los suyos y otro tipo de acoso, el político, que la sentenció antes de que la justicia hiciera su trabajo. Incluso los concejales del equipo de Gobierno fueron testigos a favor del alcalde, mientras Nevenka seguía defiendo su verdad incómoda.

De familia acomodada, su padre, conocido industrial, perdía su empresa y cambiaban de domicilio. Las apariciones de Nevenka ya se resumieron a los juicios, donde sus declaraciones eran duras. En ellos, su madre recuerda tener que soportar alegatos como el del fiscal jefe del Tribunal Superior de Castilla y León, José Luis García Ancos, que fue apartado del caso por las mismas. García recuerda que le dijo a su hija queno era una empleada de supermercado «que tuviera que dejarse tocar el culo para asegurar el pan de sus hijos. Podría haber dejado su trabajo».

La historia del caso Nevenka pasa por tres juzgados, porque Álvarez era aforado y el caso se llevó en Burgos. Después recurrió y volvió a ganarle la partida Nevenka, pero solo en cierto modo, porque no se le inhabilitó formalmente para la vida política, aunque dejó su cargo, que pasó a manos de su delfín entonces, Carlos López Riesco.

Con el pago de una multa por un importe de6.480 euros y una indemnización a Nevenka Fernández de12.000 euros se cerró un caso que ella pagó caro. En su tierra la sentenciaron, y no como lo hizo la justicia. Tuvo que irse y escapar de las cámaras. Lo sigue haciendo hoy, incluso reduciendo las visitas a su familia. Mientras, Álvarez quiso dejar clara su inocencia presentándose a alcaldable por el partido IAP, en el que todos veían las siglas de su nombre, pero que tradujo en Independientes Agrupados de Ponferrada.

Su partido consiguió representación en el Ayuntamiento con cinco ediles que se sumaron a los ocho del PSOE, representado en ese momento (2013) por Samuel Folgueral, para derrocar a Riesco del asiento de Alcaldía y con el pacto de que Ismael no fuera concejal.Aquel movimiento de fichas se llevó por delante a Riesco, a Álvarez, pero también dejó fuera del PSOE a Folgueral y los suyos, que se quedaron como ediles independientes y que siempre achacaron a Ferraz haberles dejado solos frente a los caballos. El ex alcalde sentenciado por acoso cumplió el pacto. Quedaba para él materializada su «limpieza» política con el respaldo social en votos y conseguía desbancar a su sustituto de la Alcaldía, argumentando que se quedaba con su faceta empresarial, a cargo de hoteles que daban trabajo a 25 personas, argumentaba en aquel momento.
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