No solo el calor estará presente durante la jornada de este lunes 29, toda la provincia está en alerta amarilla por fuertes tormentas, el mercurio alcanzará los 36 grados a las 15:00 horas, justo cuando el riesgo de tormenta será de un 70%, la Aemet pronostica granizo localizado y rachas muy fuertes de viento, la nubosidad será del 100%.
Durante el resto del día las temperaturas seguirán siendo elevadas, los termómetros durante las horas centrales superarán los 30 grados, junto con un porcentaje de humedad relativa del 21%.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) advirtió que, a partir del mediodía, podrán desencadenarse tormentas en Castilla y León que irán avanzando desde el suroeste. Así, se mantiene la alerta amarilla en diversos puntos de Ávila, Burgos, Palencia y Soria por altas temperaturas, con máximas que podrán alcanzar los 37 grados en el sur de la Comunidad, según ha podido confirmar Ical.
La madrugada del martes será de nuevo, otra noche tropical, con una media de 21 grados, también lloverá por la noche, justo entre las 06:00 y las 08:00 horas.
La razón es sencilla
La época estival está marcada por las elevadas temperaturas, manteniendo la humedad en la parte alta de la atmosfera, de esta forma todo lo que se necesita es un detonante, algo que haga que el aire caliente siga subiendo. Puede ser, por ejemplo, un frente (que es esencialmente una colisión entre dos masas de aire) o una cadena montañosa que crea una barrera que obliga al aire a ascender.
A medida que el aire cálido y húmedo sigue ascendiendo, las nubes cumulonimbos crecen cada vez más, llegando más arriba hasta que las gotas de humedad se convierten en partículas de hielo que rebotan entre sí, creando cargas electricas que acaban descargándose en forma de rayos, que calientan y expanden el aire circundante para producir truenos. Sólo un 10% de los relámpagos llegan al suelo; el resto se descarga de nube en nube. Así lo explica National Geographic.