Cármenes: crónica de la distensión

La jornada de constitución de los ayuntamientos fue, en muchos casos, la crónica de tensiones, pactos, desengaños y enfados. No siempre. Por ejemplo, en Cármenes bien se podría decir que el acto institucional fue la Crónica de la distensión, que acabó como no podía ser de otra manera acudiendo los cinco concejales asistentes a inaugurar el nuevo parking de caravanas, tomar un vino y unos pinchos y recibir una placa.

A las 12 de la mañana, hora del Pleno, faltaban tres concejales de los siete elegidos. Uno de los ausentes era el candidato del PP, Javier Robles, en Madrid por motivos laborales, igual que otro concejal del PSOE, guía de la Cueva de Valporquero en una jornada de mucha afluencia de visitantes. Justo lo contrario que en el acto de elección del alcalde, al que no asistió nadie como público.

Mientras esperan unos minutos los cuatro asistentes puntuales la conversación gira en torno a las abejas, las colmenas y los osos. Amadeo Tuñón es apicultor y el año pasado el oso “me la preparó muy gorda en Valporquero”, explica, para añadir cómo perpetró la acción: “Ye muy listo (es de origen asturiano), primero salta la valla, que la tengo con pastor de seis cables y después coge los paneles de las colmenas y los lanza fuera del vallado, luego sale y las come, ya a campo abierto”.

La avispa asiática, otras locales “enormes” y otros peligros protagonizan la conversación. Llega Alfonso Mateos, “vamos” dice la secretaria.

El Pleno duró lo justo y necesario. El alcalde estaba en la mesa de edad, era el más joven, prometieron todos porque la primera en hacerlo, Benita Martín, eligió prometer y Alfonso López, del PP, dijo “pues prometo también, qué más da”.

Gonzalo González sigue siendo alcalde. El discurso tan breve como el acto, la preocupación por la despoblación y “a trabajar todos juntos, que será lo mejor”.

- De eso se trata; dijo Alfonso López. Y ése fue su discurso.

Cualquiera diría que Villamanín sólo está a 9 kilómetros.