Todos contra Mañueco y Mañueco contra Pedro Sánchez

El del PP fue el blanco en un debate intenso pero con respeto

D.L. Mirantes
14/05/2019
 Actualizado a 14/09/2019
De izquierda a derecha, Pablo Fernández, Alfonso Fernández Mañueco, Natividad Melendre, Alejandra Abad, Luis Tudanca y Francisco Igea. | ICAL
De izquierda a derecha, Pablo Fernández, Alfonso Fernández Mañueco, Natividad Melendre, Alejandra Abad, Luis Tudanca y Francisco Igea. | ICAL
Todos contra Mañueco y Mañueco contra Pedro Sánchez. El primer debate retransmitido entre candidatos a a la presidencia de la Junta fue cordial para alegría de los electores en tiempos de extremos. Los buenos modales no evitaron algunos resbalones como el del candidato de Ciudadanos (Cs), Francisco Igea, acordándose de formaciones "folclóricas" o "extremistas", "los que agitan banderas". Si la alusión era para la Unión del Pueblo Leonés (UPL) o Izquierda Unida (IU), tiempo tendrán de contestar Luis Mariano Santos y José Sarrión, que durante la pasada legislatura intervinieron 23 horas y 50 minutos y 33 horas y 22 minutos, respectivamente. De los debatientes, el que más subió a la tribuna de oradores fue el de Podemos-Equo, Pablo Fernández, con 13 horas y 31 minutos, el que menos Francisco Igea, que estaba en el Congreso de los Diputados. Tanto se acordó Igea de Madrid, que en el bloque de política fiscal tomó como modelos el barrio de Salamanca y el Pozo del Tío Raimundo. "Mire que hay barrios en Castilla y León", le reprochó Tudanca que, como el resto de candidatos, tampoco citó ni un solo pueblo de la comunidad por más que se hablara de despoblación y se evocaran las tierras altas de Escocia, Francia, Noruega, Suecia, Berlín, Bilbao, Latinoamérica, Andalucía, Navarra, Cataluña, Sicilia... incluso la Roma de Nerón o la Troya del famoso caballo. Batallas en los inevitables lugares comunes, aunque, por fortuna para el diálogo democrático, con escasos tiroteos, solo algunas refriegas, como la de Luis Tudanca y Francisco Igea escoltados por ‘el trío del hachazo’ y ‘el trío de Colón’. Esos escarceos tampoco lograron distraer a los candidatos de la principal diana: Alfonso Fernández Mañueco.

Desde la puesta en escena quedaron claras las posiciones. Los aspirantes sin corbata y sin afeitar. El defensor de traje y raya un lado, sin quitarse las gafas, pese a lo mucho que tuvo que encajar por la izquierda y la derecha, en ocasiones con metralla escondida bajo los guantes. Bloque de economía y empleo,Mañueco, Igea y Fernández han agotado su tiempo. Cierra Tudanca con un minuto y cinco segundos por delante. Sin posibilidad de respuesta por su oponente, el socialista busca impactar con "mórdidas" que habrían hecho a algunos empresarios desistir de invertir en Castilla y León. Suena la campana y las moderadoras, Alejandra Abad y Natividad Melendre, dan paso al descanso.

La regeneración democrática no llegó hasta el último bloque, en el que el original fue Igea, que propuso acabar con la libre designación de cargos de confianza en las Administraciones Públicas. Bajo el rótulo de anticorrupción, Mañueco proyectó una comisión de expertos, Tudanca una oficina y Fernández una consejería. Lo hicieron todos ellos en el minuto inicial. Igea se sumó después a la invención de consejerías. "Menos consejero de marina ha sido usted de todo en el PP, y casi, porque lo fue de Justicia e Interior cuando no teníamos esas competencias". A golpe de timón, Mañueco respondió con su militancia desde los 18 años en el PP y con el currículum de Igea, "usted ha estado en tres partidos en quince años", le espetó por babor al capitán naranja, que viró a estribor desplegando la vela de la investigación de las primarias en su propio partido.

Las aguas volvieron a su cauce en el ‘minuto de oro’, los sesenta segundos finales en los que los candidatos echan el resto para no perder ni un voto y tratar de ganar al 30% de indecisos, puede que también alguno de IU y UPL. No se extenuaron los candidatos en el discurso final. Quedan otros 90 minutos. La vuelta será el próximo martes, 21 de mayo, y luego, previsiblemente, cuando se vuelvan a ver las caras no será en un plató de televisión, aunque sí será en ‘streaming’, por la web de las Cortes, y con los escaños repartidos –también los de IU y UPL–. Entonces la audiencia ya no será el electorado.
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