A base de trabajo y esfuerzo, sin que nadie le haya regalado nada, cada vez logra conquistar más adeptos a través de los cinco sentidos. El crecimiento de la DO León y de sus vinos es imparable y parejo a él lo es también el reconocimiento al trabajo bien hecho.
En ello juega un papel importante la tarea de promoción que desempeñan en este Consejo Regulador para dar a conocer sus vinos, volcado con diferentes acciones en transmitir al mercado la importancia que tienen sus elaboraciones en cuanto a calidad y exclusividad. El trabajo de viticultores y bodegueros, de la mano de la DO León, les ha llevado a recoger en estos últimos meses una muy buena cosecha de éxitos.
Concursos donde la DO cuenta con ochenta y dos altos reconocimientos como Vinespaña, Catavinum, Mundus Vini, Premios Zarcillo, Mundial de Bruselas, Internacional de Lyon, Vinalies, Cinve, Ecovino, Bacchus, Women’s International Trophy, Akatavino y Decanter han dado fe de la singularidad y de la gran calidad de diferentes vinos de la DO León donde han recibido y siguen recibiendo galardones que ponen valor el buen hacer de esta denominación de origen ubicada en la zona sur de la provincia de León, integrando parte de la provincia de Valladolid y limitando con las provincias de Zamora y Palencia, con una superficie de unos 3.317 kilómetros cuadrados.
Gran triunfo en Vinduero
Pero al hablar de reconocimientos, mención especial merecen los vinos de la DO León por sus reconocimientos en los premios Vinduero. Un Gran Arribe de Oro y siete Arribes de Oro es el balance alcanzado por la representación de la Denominación de Origen León en los Premios Vinduero-Vindouro 2024, el concurso internacional transfronterizo que precisamente tiene como escenario los Arribes del Duero y como objetivo defender y divulgar la calidad de los vinos de un lado y otro de la raya, que no es vitivinícola sino simplemente política, entre España y Portugal.
El rosado Gurdos (Gordonzello-Gordoncillo) suma a su envidiable palmarés el más alto reconocimiento del concurso, el Gran Arribe de Oro, que también distingue al mejor vino de su categoría (98,90 puntos sobre 100), y el Arribe de Oro en la puntuación de «En Femenino», la categoría que sólo considera las calificaciones otorgadas (los mismos 98,90 puntos) por la parte del panel de cata integrado sólo por mujeres, que suponen la mitad de sus componentes. En la misma clase, el también rosado Pincerna (Pincerna-Grajal de Campos) fue premiado con un doble Arribe de Oro en el palmarés general (93,30 puntos) y en el parcial, aunque en este caso ligeramente mejor puntuado (94,50).
El éxito de los rosados de Prieto Picudo tuvo su réplica en los blancos de Albarín, con un doble oro también en cada caso para el Peregrino (94,97 y 95,34) y el Valjunco (Vile La Finca-Valdevimbre), casi en la misma franja de puntuaciones (93,68 y 93,71 como medias del panel general y sólo femenino).
Vendimia lastrada por la lluvia
La Denominación de Origen León concluyó una accidentada vendimia de 2024 –condicionada como la de 2023 por las continuas interrupciones causadas por las lluvias– con la recogida de casi tres millones de kilos de uva (2.829.211 frente a los 3.017.904 de 2023). Como en los demás territorios vitivinícolas del entorno geográfico, la previsión inicial que desde la floración y el envero apuntaba a una cifra similar a la del año anterior, se vio recortada y la cosecha se cerró finalmente con 188.693 kilos menos, aunque con una merma en todo caso fue muy inferior a las de esas otras zonas próximas.
La anormalidad meteorológica del verano, con un mes de julio inusualmente frío y un agosto extremadamente caluroso, contribuyó a esa reducción de la producción. La merma de casi el 6% de producción respecto a la vendimia de 2023 rompe ligeramente la tendencia al alza de las dos campañas anteriores, en ambos casos por encima de los tres millones de kilos, tras el desplome a poco más de 2,6 millones de 2021.
En ese contexto, la variedad reina Prieto Picudo acapara con 2.109.542 kilos (2.326.007 en 2023) el 74,56% del volumen de uva procesada, frente a los 10.662 de Mencía (0,38%, 31.783 en 2023), también principal para la elaboración de rosados y tintos, y los 115.669 de la complementaria Tempranillo (4,09%, 81.238), este año en ligero crecimiento. La novedad de la añada, tras ser modificado el Pliego de Condiciones del Consejo Regulador para incluirla como variedad principal, es la primera, aunque todavía muy limitada cosecha de Negro Saurí, con 2.120 kilos (0,07%) recogidos por Melgarajo, la sociedad de viticultores que tiene su viñedo en Melgar de Abajo (Valladolid). Esta vinífera, aunque con otras sinonimias en El Bierzo, Salamanca, Galicia y Norte de Portugal, siempre tuvo presencia en el territorio de la DO León y fue incluida por el Itacyl en el programa de recuperación de variedades autóctonas históricas de las denominaciones de origen de Castilla y León.
La buena noticia la protagoniza una vez más la Albarín, con 439.909 kilos (15,55% del total) frente a los 347.451 de 2023, lo que supone nuevo récord al superar los 437.077 de 2022. Desciende, en cambio, la Verdejo en casi 123.000 kilos (5,14%, 145.450 frente a 224.945 de 2023) y se mantiene la Godello (0,21%, 5.860 sobre los 5.880 kilos de la cosecha anterior), ambas también principales.
Vinos siete veces "excelentes"
La añada 2023 de la DO León ha alcanzado la calificación de «excelente» tras ser evaluados diez vinos, cuatro de ellos blancos de la variedad Albarín y cuatro rosados y dos tintos de Prieto Picudo, todos ellos monovarietales. Es la séptima vez que el Consejo Regulador de la zona de producción vitivinícola del sur-sureste de la provincia de León y norte de la de Valladolid consigue la más alta distinción a la calidad enológica, tras las encadenadas para las cosechas de 2014 y 2015, posteriormente las de 2018, 2019 y 2020 y, finalmente, también la 2022. La calificación la certificó un comité de cata de alto perfil profesional integrado por directores técnicos de otras cinco denominaciones de origen, enólogos que desarrollan su actividad en distintas zonas de producción, sumilleres y representantes del sector hostelero y de la alta cocina y de asociaciones profesionales relacionadas con la actividad vinícola, gastronómica y el consumo en general. La cata técnica se celebró en esta ocasión en el claustro del Hotel Real Colegiata de San Isidoro.
El comité de calificación tomó como referencia para la evaluación de la cosecha cuatro vinos blancos elaborados con uva de la variedad Albarín y cuatro rosados y dos tintos —ninguno de ellos con paso por madera— de Prieto Picudo, las dos viníferas autóctonas con las que prácticamente todas las bodegas adscritas al Consejo Regulador elaboran sus monovarietales de alta calidad. Fueron precisamente la gran viveza, la limpieza y pureza y el marcado carácter varietal los aspectos más valorados por el jurado en la evaluación de los vinos que se elaboran en esta zona de producción del sur de la provincia, en este caso a partir de una vendimia de gran calidad y casi 3,1 millones de kilos de uva.
Los vinos de la cosecha 2023, al igual que ocurrió con los de la 2022, vuelven a destacar por la altísima calidad y frescura de los blancos elaborados con uva Albarín, en los que los perfiles tropicales conviven en gran armonía con los cítricos, tan característicos de esta variedad, con un paso por boca untuoso y agradable que expresa el perfecto ensamblado entre el contenido grado alcohólico y la acidez justa que le aporta frescura.