Entre Galicia y El Bierzo: las truchas y anguilas del Selmo

La fauna de río de Sobrado lleva el sello de calidad que le aporta la mezcla de la montaña y de los castaños centenarios

28/03/2025
 Actualizado a 28/03/2025
Una de las zonas de playa fluvial de Sobrado, donde su río es pesca y también ocio.
Una de las zonas de playa fluvial de Sobrado, donde su río es pesca y también ocio.

Frontera con Galicia, el Selmo une espacios y también pesca. El río Selmo discurre sin divisiones y en él hay dos especies que capitanean la pesca: sus truchas y anguilas.

No solo de la pesca vive Sobrado, el municipio por el que serpentean esta aguas gélidas, sino que también ha hecho de ellas una posibilidad de ocio, con dos playas fluviales en las que se ha renovado todo el césped como última aportación para estar a disposición de los usuarios, que en verano dejan pequeñas las localidades de Friera y Sobrado. A ellas se suma Cabeza de Alba, todas un referente de verano, como también lo es para la pesca toda esa zona.

El área de baño de Sobrado se complementa con los establecimientos de hostelería que cierran el círculo compartiendo las deliciosas truchas y anguilas en el plato. 

El río Selmo nace en Lugo y desemboca en el Sil, para volver a Galicia. Un viaje de ida y vuelta que comparte con la comarca, en la que deja su grandeza el coto de pesca El Selmo, aunque también se puede acceder a esa pesca en la piscifactoría de Cabeza de Campo.
El Selmo pasa por Oencia, Castropodame y Arnadelo antes de adentrarse en Cabeza de Campo y dirigirse a Sobrado, donde la zona de pesca es menos difícil. Desde Cabeza de Campo a Friera, el Selmo permite al pescador seleccionar la mejor zona y no le será fácil, porque lo espectacular de sus aguas. Hay zonas de aguas lentas y otras movidas, para mosca seca o mosquito ahogado, según los expertos.

No es una zona de las más conocidas y tal vez por eso el Selmo está tan limpio. Sus aguas bajan tremendamente limpias, y en su fondo predomina el canto rodado. 

Las aguas del Selmo son pasto de pesca para bercianos y gallegos que se dan la mano, tanto en sus aguas como en sus castaños. 
En cuanto al coto, su límite superior está en el puente de Cabeza de Campo y el inferior en el de Sobrado. Se extiende a lo largo de 7 kilómetros y su anchura es menor a los 10 metros. 

El agua tiene como peculiaridad su color entre azul y verde, y su limpieza, con una vegetación en las orillas muy rica. Hay tramos con tanta vegetación que cuesta transitar por ellos.

Las truchas que ofrece no son muy grandes menos en invierno, pero su calidad es inmejorable. 

La temporada de pesca suele comenzar en abril y se estira hasta julio.

El primer tramo del coto es de aguas tranquilas pero luego coge fuerza, a excepción de los remansos. 
Otras zonas como La Ribeira o La Becariza son muy conocidos por los pescadores porque en ellos se pueden conseguir ejemplares de mucha calidad y peso. 

Tras el tramo acotado sin muerte, hasta que el Selmo pasa al Sil, hay una zona, en la parte inferior del coto que también es ideal para la pesca de la trucha, aunque los expertos destacan la zona más baja como la mejor. 

Sea como sea, Sobrado no defrauda y sus truchas y anguilas llevan el sello de calidad que le aporta un río casado con la montaña y los castaños bercianos. 
 

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