El vino es un reflejo del viñedo. Por ello, Bodegas Gancedo considera fundamental cuidar el campo con esmero para conseguir vinos que emocionen y transporten. Con una tradición vitivinícola arraigada, la filosofía de la bodega se centra en que toda la uva provenga de viñedos propios, los cuales son cultivados y trabajados siguiendo sus criterios. Desde hace varios años, Bodegas Gancedo trabaja de forma ecológica y cuenta con la certificación correspondiente.
Los viñedos están situados entre montañas y presentan una gran diversidad de suelos (arenosos, arcilloso-arenosos, calcáreos y pizarrosos). La bodega apuesta por el viñedo en altura, situado entre los 500 y 750 metros sobre el nivel del mar, ya que en estos lugares cada variedad puede expresarse de manera óptima.
Sus viñedos están plantados con variedades como Mencía, Godello, Malvasía, Garnacha y Doña Blanca. Uno de los vinos más reconocidos de la bodega es Capricho Godello, elaborado en el paraje de Lamas de Picón, una extensión que agrupa más de 600 parcelas dedicadas exclusivamente a esta variedad. En el centro del viñedo, en una de las partes más elevadas, se encuentra el icónico columpio de Bodegas Gancedo, un símbolo del Bierzo que también se ha convertido en el logotipo de la bodega.
Apuestan por el enoturismo, una modalidad de turismo que pone en valor la importancia del viñedo y su cuidado. Ofrecen la posibilidad de recorrer los viñedos en un todoterreno y disfrutar de una experiencia única, como columpiarse en medio de un viñedo rodeado de montañas.
Gracias al microclima especial de la zona, se puede conseguir un Godello con un ciclo de maduración lento y óptimo, que conserva la personalidad y frescura propias de la variedad. La combinación del microclima, el terruño y el trabajo en la viña y en la bodega permite a Gancedo obtener vinos de gran elegancia y estructura.