Temporada nueva. Nuevos retos. Siempre ocurre así, la lucha necesita estar en constante movimiento para no perder los trenes con otros deportes que viajan a caballo de modas, promociones y otros privilegios que, seguramente, no han ganado pero ahí están. Un ejemplo está muy cercano, con el más claro, el fútbol ¿Cómo competir para acercar los chavales a la lucha con un deporte que lleva semanas protagonizando todos los telediarios y hasta espacios del corazón desde el amanecer hasta la noche? En el corro de Villaquilambre lo vimos muy claro, la final de fútbol dejó en las gradas una preocupante imagen de vacío. Ya sé que es un caso extraordinario y muy significativo, pero, tal vez con menos fuerza, el inicio de la Liga está a la vuelta de a esquina y ahora es Mbappe quien domina los telediarios. Poderoso caballero.
Suma el baloncesto, el tenis... y la lucha ahí, defendiendo su pequeño rincón, tocando la fibra de lo que realmente es o debe ser para los leoneses, mucho más que un deporte.
Por ello, y mucho más, el año llega con nuevos retos. Siempre los hay en la lucha leonesa. La actual Junta Directiva llegó con unas metas iniciales muy claras: la federación propia, el reconocimiento BIC... y los ha ido consiguiendo, pero eso no puede ser motivo de autocomplacencia sino acicate de nuevos retos, que los hay, y muy claros. El primero parece recuperar esa sintonía con la que siempre fue la ‘casa madre’, la Diputación, que ha pasado de ser la tabla de salvación a tener ahogada económicamente a la lucha leonesa ¿Para cuándo ese plan de desarrollo a varios años, décadas, (más allá de las legislaturas que constriñen), vinculado al desarrollo desde las comarcas desde grupos de acción local o similares que le de la fuerza y consistencia que tanto les está costando lograr a los clubes?
Descenso de público
En el apartado del número de corros de la Liga no se puede negar el esfuerzo de pueblos y ayuntamientos, se vuelve a mantener cerca de los 30 corros y aunque es cierto que hubo años que se acercó a los cuarenta en los últimos años el descenso no está siendo preocupante.
El que sí es preocupante, y mucho, es el descenso de público, evidente. No solo es el caso de Villaquilambre, con la disculpa del fútbol, tampoco en Camposagrado, pese a ser romería con lo que ello supone de concentración de gente, el número de aficionados era significativo. En la actualidad rondar los 500 aficionados es una buena cifra cuando no hace tanto que superar los mil era habitual en un buen número de corros: Prioro, Riaño, Sahechores, Mansilla., Valdefresno, Villanueva del Condado, La Vecilla, Boñar... A nadie se le oculta que pese a tener bastante población en verano no tienen, ni mucho menos, la de hace un par de décadas.
También es preocupante, y seguramente vinculado a esta situación, la edad media de los aficionados, apenas se incorpora público joven más allá de los grupos que van acompañando a los luchadores.
¿La solución? Seguramente no será nada fácil, si lo fuera se le ocurriría a cualquiera, pero parece evidente que en esa dirección hay que trabajar y, seguramente, están trabajando. La puesta en escena, más cuidada, la televisión... van por ese camino pero parece que hacen falta nuevas iniciativas de divulgación y fidelización. El presidente anuncia en este mismo suplemento nuevas medidas en ese sentido, habrá que esperar que sean efectivas, por el bien de la lucha, que es el bien mayor.
Son muchos los que opinan que uno de los problemas más graves es la excesiva duración de los corros, pasar de largo de las tres horas convierte a un espectáculo en algo de difícil digestión, salvo que haya mucha tensión en las gradas, que no es precisamente lo que ha ocurrido en los últimos tiempos, donde el ambiente sube la temperatura en contadas ocasiones ¿Porqué no se puede repetir el ambiente del Ribera contra Montaña? Es uno de los misterios de la lucha pero la igualdad, rivalidades, parejas de mucho nivel, ayuda y mucho.
La lucha femenina es otro de los aspectos que requieren análisis. Es evidente que se han dado pasos, algunos motivados por la entrada en vigor de la Ley de Igualdad pero las últimas incorporaciones llegan fundamentalmente del mundo del judo, practicantes de este deporte que triunfan en la lucha. El último ejemplo es el de Mireia, que unos minutos antes estaba preguntando cómo se agarra y demás y al segundo corro ya lo ganó. Curiosamente les llama la atención el dinero que mueve la lucha.
Y hablando de problemas «enquistados», uno antiguo es el que ha vuelto a ponerse de actualidad en los últimos días, los enfrentamientos internos, entre las diversas familias de la lucha. Sigue estando lejana la reflexión de un recordado asambleísta: «¿Cuándo nos vamos a dar cuenta de que ya somos pocos para dos bandos?».
La cara más positiva y esperanzadora es que hay futuro, que la lucha de base mueve muchos chavales; y, sobre todo, que hay un ramillete de luchadores de una calidad incuestionable, que es lo prioritario. Que no se conozca el nombre de los campeones a mediados de agosto también ayudaría.