Cuentan que en Pajares de los Oteros se hunden las raíces más antiguas de las vides de la variedad de uva prieto picudo, esa que negra y en racimos apretados lleva durante siglos llenando las cubas de un vino que primero solo servía para el chateo y que ahora puja en el mercado junto a los mejores, porque es de los mejores. Así de claro lo tienen en Pajares donde, además de las raíces de esta variedad de uva tinta, están quienes creen y apuestan por ella como medio de vida para asentar población en el medio rural y como no, para disfrutar de un fin de semana entorno al vino. Esta ocasión es la Feria del Prieto Picudo que coincide con el tercer fin de semana de agosto y que además de llenar las copas de alegría, llena las calles de Pajares del buen ambiente que se genera siempre entorno a una copa de vino.
Son varias las bodegas que aprovechan esta cita para sacar sus vinos a la calle y acercárselos a vecinos de todo el sur de León, que acuden con ganas siempre a una Feria que además de escaparate del vino de la DO León es también punto de encuentro de la comarca. Porque nada une más que el vino y pocos recursos están tan ligados como este a la tierra de los Oteros. No es de extrañar por lo tanto que la Feria del Prieto Picudo más que Feria sea siempre una fiesta, la que aprovechan para volver a sus raíces, las mismas que la uva tinta, aquellos que en su día tuvieron que irse en busca de un porvenir. Siempre se es bien recibido en la tierra propia y más aún en Pajares de los Oteros, localidad que en el tercer fin de semana de agosto regala también al vecino y al visitante una extensa programación de actividades en las que participar como degustaciones gastronómicas, teatro de calle, verbenas y talleres.
Pajares es vino, pero también es mucho más. Es el punto de partida y de llegada de viajes que se realizan por aire desde su aeródromo, es grandes extensiones de cereal entre el que se aparean las avutardas que encuentran en esta zona el lugar ideal para vivir y es también un paraíso para los amantes de la caza. Aprovechar el tercer fin de semana de agosto para descubrir todo ello es una buena opción, aunque el carácter hospitalario de la localidad está presente todo el año. Allí se asientan las raíces de un vino que es insignia de la viticultura leonesa, de la sabiduría del madreo y de la capacidad de desarrollo de los leoneses, esa que convirtió un vino de chateo en un brebaje del que disfrutar en copa, la que llenan de calidad los bodegueros del sur de León.
Pajares: Las raíces del prieto picudo
Pocos pueblos presumen más y mejor de un recurso endógeno que concentra lo mejor de la tierra
24/05/2019
Actualizado a
19/09/2019
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