El paraíso de Picos de Europa, más cerca de lo que crees

Con más de un siglo desde su declaración, este enclave natural sigue siendo todo un referente en el turismo de interior

14/11/2024
 Actualizado a 14/11/2024
Uno de los miradores de Picos de Europa, en una imagen de archivo. | ICAL
Uno de los miradores de Picos de Europa, en una imagen de archivo. | ICAL

No hace falta ir muy lejos para adentrarse en un verdadero paraíso. Picos de Europa nos ofrece un destino inigualable para visitar y disfrutar durante todo el año. El Parque Nacional de Picos de Europa, formado por los territorios de Castilla y León, el Principado de Asturias y Cantabria, sigue siendo todo un referente en el turismo de interior. Su trayectoria en el tiempo, con más de un siglo desde su declaración y un marco natural rico y variado, hacen que este espacio sea sin duda un destino de primera para los amantes del turismo verde, y es que son muchas las posibilidades que ofrece al visitante. 

Posee una orografía única y caprichosa, sumada a un marco natural rico y variado, que hacen que este espacio insuperable haya sido distinguido con distintas figuras de protección siendo catalogado como Parque Nacional, Zona Especial de Conservación (ZEC), Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), o Reserva de Biosfera.

Caminando

En la vertiente leonesa son muchos los atractivos para programar una escapada y disfrutar del medio ambiente en todo su esplendor. Como muestra un botón, como es el caso de las rutas guiadas gratuitas, que se actualizan cada año, con itinerarios como el Chorco de los Lobos, los bosques de Güembres, el alto del Puerto de Panderruedas, el hayedo de Panderruedas, la ruta del Llarellampo, o el Colladín Redondo Posada de Valdeón. Además, existen muchas más rutas señalizadas en el Parque, 36 PR y 2 GR, que se pueden recorrer fácilmente siguiendo la señalización. La información sobre  las diferentes rutas y sendas puede consultarse a través de la web https://parquenacionalpicoseuropa.es 

Visión 360º

El Parque Nacional de Picos de Europa nos ofrece miradas 360º, un aliciente más para visitarlo. Impresionantes panorámicas en las que escarpadas cumbres acarician con cuidado el cielo. En la parte leonesa de Picos de Europa encontramos puntos emblemáticos como los miradores de Piedrashitas, Valdeón, del Tombo, de Pandetrave, el mirador del Pontón en la N-625, el mirador de la Pica Ten, del Vallejo de la Fragua, de Vista Alegre, el mirador de Los Porros o el de Berrunde. 

Ruta del Cares

Bautizada popularmente con el sobrenombre de la ‘Garganta Divina’, la Ruta del Cares, es uno de los lugares de mayor interés paisajístico de toda la Península Ibérica. Desde la parte leonesa, el punto de partida de la Ruta del Cares es el pueblo de Posada de Valdeón. La ruta discurre paralela a la corriente fluvial del río Cares. Al principio atravesaremos algunos bosques mixtos de robles, tilos y avellanos, para inmediatamente después de dejar atrás la localidad de Caín, entrar en la garganta propiamente.

Senda del Arcediano 

La Senda del Arcediano llegó a ser una de las vías de comunicación más importantes entre el oriente asturiano y la Meseta. En el siglo X se la conocía como Vía Saliámica, nombre relacionado con su más que probable origen romano. La senda deja a su paso los bosques sajambriegos y las majadas del concejo de Amieva. A lo largo del recorrido se pueden disfrutar algunos de los más sorprendentes paisajes de los Picos de Europa. Bosques de hayas y robles, extensas praderías y pueblos contrastan con las cumbres próximas del Macizo Occidental.

La biodiversidad ‘por bandera’

El Parque Nacional es un hotspot de biodiversidad tanto a escala de la Península Ibérica como en el contexto europeo. Un ejemplo que lo demuestra es que se han inventariado unas 1.750 especies de flora vascular (21% del país), 580 especies de líquenes (25% de la Península), 137 especies de mariposas diurnas, (60,6% de la Península y Baleares) y 212 especies de vertebrados (33,4% de España), con especies tan emblemáticas como el oso pardo, el quebrantahuesos, el salmón atlántico o el lobo ibérico. Esta extraordinaria riqueza ha llegado hasta nosotros a través del tiempo, entre otros, gracias al difícil acceso del territorio y a un manejo de baja intensidad durante siglos.

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