En Bodegas Pincerna no tienen prisa por crecer, lo quieren hacer paso a paso, poniendo los fundamentos de sus vinos, pensando siempre en el largo plazo.
Las Bodegas en León de Pincerna la componen cuatro socios, Andrés, Alfonso, Abel y Gabriel, todos ellos muy vinculados al sector desde diferentes ángulos y con una gran historia detrás, herencia de los proyectos de Villacezán y Espinosa.
Por ello, en esa labor a largo plazo han apostado por dos líneas de trabajo. Una es la consolidación de sus vinos actuales, elaborados a partir de las principales uvas de la DO León, el blanco Albarín de la cual elaboran un blanco del año que va cosechando premios cada cosecha y un blanco fermentado y envejecido con sus lías durante 9 meses. Un vino que está teniendo gran éxito sobre todo en el norte de Europa, ya que agotan casi toda su producción a los pocos meses de salir al mercado.
Asimismo, con la Prieto Picudo elaboran un perfecto rosado, vivo, intenso y muy atractivo, pero sobre todo, al contrario de la mayoría de las bodegas de la DO, «Pincerna quiere desarrollar una gama de tintos de calidad y posicionarse como una bodega de referencia de nuestra DO y de nuestro país», destacan desde la propia bodega.
Además, siempre han defendido que nuestra tierra esconde tesoros y que tenemos unas condiciones climáticas, de altitud y de suelos idóneas para conseguirlo.
Por esto, además de sus vinos jóvenes y media crianza, están empeñados en la recuperación de las pocas viñas viejas que aún quedan esparcidas por nuestra geografía y que pese al enorme coste y los bajos rendimientos, son las que realmente marcan la diferencia para llegar a estar entre los mejores vinos tintos de España. «Son vinos únicos e inimitables», aseguran desde la bodega.
Esta es la elaboración de su vino La Retorcida, donde lo que prima es la edad de las viñas, supervivientes por muchas décadas y adaptadas al terreno como no pueden hacerlo las viñas más jóvenes.
Gran embajador
Pincerna es además un gran embajador de los vinos leoneses, así como de la propia provincia, destinando cada vez más un mayor porcentaje de su producción a los distintos mercados nacionales, pudiendo encontrar sus vinos en las principales ciudades de España, así como una notable expansión en los mercados internacionales, Japón, Taiwán, Alemania, Bélgica, Holanda, Gales, Estados Unidos, Suiza…
Un trabajo que continúa y que demuestra el reconocimiento a su trabajo en los mercados más competitivos y exigentes.
Una visita obligada
Para disfrutar mucho mejor de sus vinos, no debemos perdernos una visita al monumental Grajal de Campos, casi en pleno Camino de Santiago y las interesantes catas a grupos, que realizan en el impresionante Palacio de los Vega, Patrimonio Nacional y donde la cercanía y la profesionalidad dejan a los visitantes siempre satisfechos con el recorrido.