Es todo un privilegio atesorar esta zona en plena provincia leonesa. Aguas abajo, y siguiendo la ribera del río Órbigo, a la margen izquierda se encuentra Villazala. Es un destino del Páramo leonés que se han aprovechado durante los últimos siglos de las aguas para el riego de sus fincas de dos canales artificiales: el Canal de Castañón y la Presa Cerrajera.
La Presa Cerrajera, cuya construcción se remonta a 1315, discurre por todos los núcleos de población de Villazala, y se ha incluido en la Red de Lugares de Interés de la provincia dada su relevancia desde el punto de vista histórico y constructivo.
Originalmente se denominó como presa Zarraguera y junto al Canal de Castañón fueron vitales para el riego de los cultivos en esta zona. La Presa Cerrajera nace como afluente del río Órbigo, en Villanueva de Carrizo y, durante los 40 kilómetros de su recorrido pasando Alcoba de la Ribera, Sardonedo, Santa Marina del Rey, Villavante, Acebes del Páramo, Huerga de Frailes, Santa Marinica, Villazala y Valdefuentes del Páramo, aportar verdor y riqueza a las tierras por las que pasa, depositando de nuevo sus aguas a dicho río al sur de Azares del Páramo.
El agua es fuente de vida y, además de los cultivos en la zona, ha cobrado una especial relevancia para los aficionados a la pescarelevancia para los aficionados a la pesca, siendo uno de los mayores atractivos turísticos de la zona, ya que gracias a este deporte la comarca ha adquirido fama en la provincia.
La leyenda
Toda gran historia tiene detrás una leyenda, y la de Villazala y la presa tiene tintes exóticos. La protagonista es una mujer, una princesa mora llamada Zaida que durante la Edad Media desvió las aguas del Órbigo hasta su palacio, que se ubicaba en el pueblo de Villazala. Gracias a esta hazaña, que garantizaba el agua, la localidad pasó a llamarse en su honor MoraZaida o VillaZaida y de ahí, según la leyenda, el nombre actual: Villazala.
Gastronomía
El municipio de Villazala es muy apreciado por todos los aficionados a la pesca por la trucha que habita en sus aguas, y por la gastronomía que gira en torno a ella. Famosas son las sopas de trucha elaboradas con mimo en la localidad de Castrillo de San Pelayo. Se trata de un apreciado plato, que requiere cierta maestría, elaborado con truchas, pan de hogaza preferiblemente del día anterior, y pimentón, entre otros ingredientes.