La vieja lucha leonesa va recibiendo gotas de nuevos tiempos. El último desembarco es el de la tele. Primero se incorporó a retransmitir algunos corros, este año lo ha hecho con todos menos uno y se ha convertido, a la vez, en tele y VAR en el mismo paquete.
La tele llevó a uno de los dos árbitros desde el corro a la mesa, para tener la tele cerca y, en caso de duda, acudir a las imágenes como ayuda.
¿La panacea? Ver las noticias del fútbol cada lunes nos regala la solución. Con decenas de cámaras en todos los rincones del campo, un ingeniero (o varios) tirando lineas de fuera de juego, unos árbitros en el campo (cuatro), varios árbitros más en la sala VAR y otros tantos en la sala VOR, no es broma, verás como no llegan a un acuerdo. No encontrarás consenso, las rayas están en los ojos del que mira y cada uno las ve del color del cristal con el que mira.
Como para que haya acuerdo en la lucha con una cámara y un árbitro. La primera queja repetida es que la cámara solo ve la mitad del corro, que no deja de ser verdad, pero la realidad es que lo ancestral no es la lucha leonesa sino la polémica, la necesidad de discutir, discrepar, llevar la contraria.
Y, curiosamente, hay muchos aficionados que lo que más echan en falta en este deporte es... la polémica. «Esto parece tenis», lamentan.