Uno de los grandes hallazgos –pre prensa rosa– del gran Mario Vargas Llosa fue aquella pregunta que se hace en ‘Conversaciones en la Catedral’: «¿En qué momento se jodió Perú?».
Una pregunta recurrente para tantos Perú que nacieron con futuro y se despeñaron sin mayores explicaciones, o con ellas, que suele ser aún peor.
Mira la foto. Cuando los Reyes Magos no tenían competencia los niños la establecíamos entre ellos –parece una necesidad vital la de enfrentar– y siempre salía airoso el gran Baltasar, como en la foto, coronado habitualmente como el más grande, el preferido de los niños, que suponían que el Ray Negro iba a ser el más bondadoso, el más generoso, el que mejor iba a entender los afanes y las necesidades de aquellas cartas escritas con lineas de ingenuidad y candor sin fronteras.
¿Les importaba a los niños el color de su Rey u ocurría más bien todo lo contrario?
Entonces, ¿en qué momento...?, ¿qué nos ha llevado a encadenarnos ante las puertas de aquellos lugares en los que se va a recoger a gentes, muchas veces niños, que huyen de horrores, niños mayoritariamente o únicamente de la misma raza y color que el admirado Baltasar?, ¿porqué les abrimos la puerta, con toda justicia y humanidad, a aquellas niñas y niños rubios que huían de otros horrores similares, por ejemplo en Ucrania?
Me niego al silogismo. Sería muy doloroso, hasta para Baltasar.
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