Suelo decir de mi abuela Josefa, deudas de infancia y de vida, que «contra todo pronóstico inventó el optimismo». No tenía ninguna razón para ser optimista; ser ganadera era tan complicado como hoy pero sin la PAC ni la ordeñadora; ser mujer ya ni te cuento y además viuda desde antes de dar a luz a su hija, que llevaba en el vientre cuando enterró al abuelo, víctima de aquella pandemia de hace un siglo que ni se sabe la gente que se llevó por delante. Lo único que nos queda en el recuerdo es que como era una desgracia y nació en Estados Unidos, contra todo pronóstico pasó a la historia como la gripe española.
Parece que no hay salud más saludable que aquella que se tiene contra todo pronóstico.
Y, contra todo pronóstico, sigue habiendo culturalistas fieles pues quien luce un casco y una moto así parece evidente que no era ni un espermatozoide suelto cuando la nuestra Cultu pisó los campos de Primera, ni tan siquiera cuando en Segunda presentaba aquella alineación de Bernardo, Godoy, Maño, Paredes, Piñán... que debería caer en la Ebau universal única esa que, contra todo pronóstico, acabarán no implantando esos que solo se ponen de acuerdo una vez cada legislatura, en la reunión inicial de aprobarse los sueldos.
La ventaja que tienen estos culturalistas que no vieron ni a Miche ni a Marianín es que tampoco saben que hubo una ‘operación chatarra’ mediante la cual iban carros por los pueblos recogiendo chatarra para salvar a la Cultural de la ruina o que, cuando ya no sabían qué tipo de entrenador traer para otro proyecto ilusionante, contrataron a un parapsicólogo brasileño, que se suponía que sabría algo de fútbol porque era brasileño.
En fin, contra todo pronóstico, la Cultu ha cumplido un siglo de vida y, dice el de la moto, este año asciende.
Lo más leído