A todo le ponemos talla, para disgusto de los que cuando nos regalan un sombrero siempre nos queda pequeño y además tenemos que soportar la broma de quien nos regaló realmente nada: «Es que hubo mala cosecha de trigo el año pasado y se acabó la paja».
Y es que lo de medir siempre fue relativo, y más desde que quitaron la mili. Antes le preguntabas a un paisano de 90 años «¿cuánto mide?»y te contestaba que «cuando me tallé casi 1,70, que para entonces era mucho».
- Es decir, hace 70 años.
- Más o menos, concretamente 71.
Es lo que tiene, que había una referencia de cuando creíamos en las instituciones y el alguacil que te tallaba en uno de aquellos metros de madera era una de las instituciones más sólidas de nuestro ordenamiento social.
Perder los referentes fue una tragedia, como aquellos metros antiguos en zigzag que si no los estirabas bien daban más disgustos que la RAEa Belén Esteban.
Gerente, que es nombre no cargo, midió el cumbrial de la iglesia para hacer una viga a la medida. No debió estirar bien el paisano pero cuando subieron la viga le faltaba un buen trozo, tanto que el paisano no dudó en reconocer: «No es que sea corto... es que es corto por las dos puntas».
Mucho me temo que cuando lleguen con el sombrero para ‘la negrilla’ resulte que es corto por las dos puntas. Te lo digo yo que de eso algo sé.
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