La vida se está complicando en exceso, que se lo pregunten al presidente, hasta para las más viejas costumbres y formas de enredo.
Siempre se había puesto como modelo de forma de complicar la existencia al común de los mortales la impertinente costumbre de aquel cabo del ya desaparecido cuartel de Almansa —hecho que le libra de que se los adjudiquen al irrepetible Picurri— que cuando quería saber el número exacto de caballos que había en el Depósito de Sementales ordenaba al soldado al que había cogido manía por sabelotodo que fuera y contara el número total de patas que encontrara en las cuadras.
- ¿Y para qué nos sirve el numero total de patas?; preguntaba el sabelotodo que concretamente eso no lo sabía, mira qué curioso.
- El número obtenido lo dividimos por cuatro y ya sabemos el número de caballos.
Y cuentan que lo dejaron de hacer porque siempre le salía un número impar de patas y no era múltiplo de cuatro.
Se daba por hecho que era una historia irreal, una leyenda urbana de las mil que circulan sobres las ‘historias de la puta mili’; pero aparece Mauri con las demostración empírica de que si vuelve el viejo militar y te ordena contar probablemente te salgan 9. Ahora divide por cuatro.