El desigual de los iguales

La última de La Nueva Crónica

25/02/2025
 Actualizado a 25/02/2025
| MAURICIO PEÑA
| MAURICIO PEÑA

Hice la mili (cosas de antes) con Javi el de Los Pecos (casos de antes). Aquel dúo era una locura, no sé con quien compararlo en la actualidad, eran mucho más. Es como si fueran ahora juntos David Bisbal, La Pantoja, MBappé, Rosalía, Nadal y García Gallardo, no podían dar un paso sin que se produjera un tumulto incontrolable.

El periódico de Zaragoza –que allí defendimos a la patria con una valentía como no se recuerda otra etapa en la historia de España– dio la noticia y hasta contaba qué día y a qué hora íbamos a jurar bandera los dos, aunque lo mío no lo decía, ignoro los motivos. 

Aquella mañana comenzaron a llegar adolescentes a las puertas del campamento desde antes de amanecer, mirando hacia el interior y gritando que dejaran asomarse a Javi, para desesperación de mi sargento Fermín, viejo chusquero que no escuchaba más música que el Himno de la legión y, por supuesto, aquel Himno nacional que todavía tenía letra o, al menos, él la sabía.

Llegó la hora de la verdad. Tres mil soldados en fila, traje verde, los pelos rapados al uno, el de Javi el de Los Pecos también, gritos de desesperación, «¡Javi saluda!», que no tapaban la tajante orden de mi sargento Fermín:«Al que mueva un dedo... se lo corto».

Si al menos le hubieran dejado llevar los pantalones de otro color. 

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