Acebedo o Acevedo –que es el único pueblo que deja elegir– nació para volver locos a los académicos, si eso fuera posible. Averiguar allí si gobierna la be o la uve no es asunto menor si te fías de la cartelería. La mismísima Junta –tampoco es que sea una autoridad en el tema de la ortografía– tiene a la entrada del pueblo dos carteles con su logo en los que apuesta por Acebedo en uno y a los veinte metros tiene otro en el que se decide por Acevedo. Esa manía de quedar bien con todo el mundo pueden haberla llevado demasiado lejos.
Un viejo reportaje sobre el asunto se titulaba ‘Lo que diga el coche de línea’ pues al preguntar a un vecino fue su respuesta. Pocos minutos pasó el aludido y se podía leer el nombre con be ¿Asunto resuelto?
Pues no. Un lector de aquella vieja sentencia me remite esta fotografía que reabre el debate, la solución no estaba en el coche de línea. Y fiarlo a la Academia despertaría las iras de El Melladín de Pedrosa.
Unos dicen que viene de acebo, el apellido apuesta por la uve y el padre Martino por el agua:de Cea y veda... la orilla del río. Usted elige.