A simple vista la vida sigue igual, y lamento convertir a Julio Iglesias en un referente intelectual pero reconoce que con esta frase, al menos, acertó.
A simple vista, unos que vienen, otros que van y los hay que están quietos, como en la procesión de Tauste que, dice la copla, «los últimos van detrás, los primeros van delante y los de enmedio a metá».
A simple vista. Pero si echas a moler el molino de lo que llevan en sus cabezas verás cómo la imagen coge movimiento, cómo nada permanece quieto, historias que buscan la puerta de una salida a aquello que se había quedado atascado, quieto.
Y ya nada sigue igual. Hay hijos que provocan desvelo cuando la noche se alarga, vendedores que no encuentran comprador, buenas notas que no se convierten en trabajo y futuro, malas notas que causan desazón, horizontes tapados por la niebla de la incertidumbre que han sembrado en los campos de nuestras opiniones, miedos que al fin han calado en nuestras vidas, pesimismos que matan los optimismos de los abrazos ante los días que deberían ser de vino y rosas pero, dicen, que el vino se picó y las rosas han muerto bajo las heladas de los agoreros...
Si echas a moler el molino de la lógica... te molerá a ti (Martino dixit).