El parto de los montes da cuenta de los asombrosos y ruidosos signos que anuncian que los montes están a punto de dar a luz. Ya sé que parece raro, pero son cosas de Esopo, que el ministro Puente sabrá si tomaba sustancias pero creaba unas fábulas que siguen viviendo y valiendo 27 siglos después.
A lo que íbamos. Que el bueno de Esopo después de relatar los terribles signos que anunciaban el parto y asustaban a las gentes concluye que «los montes parieron un ratón».
Viene a cuento del temor de que una vez más, un año más, los terribles signos que ya nos van anunciando que los montes van a parir incendios devastadores los volvamos a combatir como si ya supiéramos que van a parir un ratón, olvidando que han pasado 27 siglos, que han desaparecido los rebaños que limpiaban los montes, que se han acabado las hacenderas que convertían en el calor de miles de pequeñas cocinas aquellos palos que los árboles tiraban...
Como cada año, cuando las brasas aún están calientes, nos anunciaron que ya saben que los fuegos se apagan en invierno, que crecerán las brigadas y los helicópteros...
Da la impresión que todo lo fían a que sea un ratón y nos mandan un extintor para que si aparece el ratón le demos matarile... y a otra cosa.