Cada loco con su tema. Mientras una parte de la ciudad y provincia, la parte figurona si me lo permiten, se pega en los pasillos de los burladeros de la plaza por dejarse ver, por hacerse una fotografía al lado de las figuras del toreo que acuden a la feria, el fotógrafo disfruta como pocos con los juegos y las imágenes que le regala la llamada fiesta, juegos de luces y sombras que componen estampas que les hacen olvidar si les gustan los toros o no; es más, pueden medio renegar de los corridas y disfrutar disparando su cámara sin cesar. Conozco a uno, en esta página tienes una de esas imágenes de composición, enfoque, mirada, encuadre, luces y sombras.
Luces y sombras, parece la metáfora de esta fiesta. Hay otros muchos que no se muestran partidarios de la misma pero se ven atrapados por el embrujo de las palabras y las expresiones, del lenguaje taurino, que ha dado una larga cambiada a la polémica y se ha instalado en nuestras conversaciones, como si hubiera querido entrar a matar en el mundo de las reticencias; en las que la irrupción de la política también ha hecho un flaco favor.
Y vuelve a estar ahí. En el siguiente tercio de fiestas llega la feria y hay quien está atento a ver si le ponen letra a un himno que no la tiene.
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