De que la naturaleza es sabia viene dando muestras un día sí y otro también. Tanto que hasta cuando parece que no lo es resulta que sí lo era, lo que pasa es que no la entendemos. Mi amigo Belio (luego os explico) dice que es muy curioso que antes, en el Parte, «decían con frecuencia aviso de tormentas;y ahora lo que ocurre es que las tormentas nos avisan de que nos estamos pasando».
Lo de Belio tiene una explicación que habla de la personalidad de las gentes con personalidad: «Fue mi padre a inscribirme y dijo ‘se va a llamar Belio’ y el del registro le dijo «será Evelio» con tono de llamarle ignorante, se enfadó y le replicó: ‘No señor, es Belio y póngalo con be, para que quede claro que no viene de Evelio. YBelio me llamo, a mucha honra, que no queda mucha gente capaz de mantener mañana lo que dicen hoy».
Vuelvo después del inciso a que la naturaleza es sabia, aunque mirando para los humanos haya dudas. No tienes más que ver la fotografía, cuando dicen que una madre es una madre imagino que si llevan esta foto en el bolsillo no necesitan más explicaciones. Ysi ese ser dulce y enorme que ahí aparece lo es, dulce y enorme, salvo que pongas en peligro a esa prole que descansa, que se convierte en el doble de grande y nada de dulce.
Cesáreo el pastor, que decía siempre que era de tierra de conquistadores (Trujillo), cuando los mastines ladraban, con esa voz ronca que mete mucho más miedo que una carta de Hacienda, siempre te decía «ellos están haciendo lo que tienen que hacer, si tu no haces lo que no debes hacer no tengas miedo que no va a pasar nada».
– ¿Y si hago lo que no debo hacer?
– Pues no haberlo hecho.
En este caso, además de la naturaleza Cesáreo también es sabio, que no siempre ocurre.