Niños, perros y caballos blancos

24/10/2024
 Actualizado a 24/10/2024
| MAURICIO PEÑA
| MAURICIO PEÑA

Desde que paro a tomar café con «Félix el de los perros» en San Feliz he descubierto que cuando creía que lo sabía casi todo, y hasta hablaba como un entendido, resulta que no tengo ni idea. Y hasta me dan ganas de poner una palabrota entre ni e idea, pero lo dejo y así le evito la carta de reproche a una mujer que me quiere mucho pero «si no dijera pecados igual me ponía en el testamento». Mucho me temo que acabe heredando la parroquia, que pecados no dice, ciertamente, otra cosa es que los haga.

Vuelvo al perro, que siempre queda bien en las fotos. Los expertos dicen que «un niño, un caballo blanco o un mastín jamás estropean una fotografía, todo lo contrario, la lucen»; la expresión me recuerda a cuando el gaseosero de Matallana, de razón social Espumosos Robles, para alabar la calidad de un buen vino de marca sentencia: «No es mal caldo, lo mezclé con la mi gaseosa y no me la estropeó».

Son apuestas muy seguras. Yo antes de debatir con Félix me hubiera metido por el proceloso mundo de si un mastín que cuida los rebaños como ha hecho siempre es más puro que esos otros de espectacular estampa (iba a decir fina estampa, pero no) que ganan los concursos. Pero para comprobar que no tengo ni idea... mejor no opino nada.

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