«Existen otros mundos, pero están en este» es, al margen de un libro extraterrestre de J.J. Benítez, una frase que repetimos con frecuencia mientras seguimos sin mirar para ellos... o, cuando menos, las teles se empeñan en que sigamos mirando siempre para los mismos mundos, los suyos y los cuatro de las subcontratas que no parecen volver a casa ni para acostarse un rato.
Es lo que se llama la doctrina Marhuenda, que cierra la última tertulia de la noche y ya está peinado en la primera de la mañana para explicarle al alcalde de León lo que es el ‘leonismo’, que dice el padre Martino que es «el leonesismo que practican los leones» y al final da agua.
Porque tiene que vivir en esa España en la que no se puso el sol algún portero de puticlub más que Koldo; algún cobarde más que Puigdemont;algún niño más que el hijo de Anabel Pantoja y hasta una forma más digna de hacerse famoso que las de Belén Esteban o Montoya.
Viaja al interior de la cesta;está llena de historias, de niños que duermen con sus muñecas sin necesidad de que su madre los enseñe hoy y los esconda mañana, habrá un abuelo que ha hecho los muñecos y una abuela que los ha vestido, un vecino que le ha regalado la cesta hecha con mimbres del río que pasa ante sus casas... y hasta unas pastas caseras para entretener la gusa mientras disfruta de otros mundos que están en este.