Paisaje después de la batalla

Fulgencio Fernández y Mauricio Peña
13/03/2025
 Actualizado a 13/03/2025
| MAURICIO PEÑA
| MAURICIO PEÑA

El combate es apenas un instante en el largo rito de un corro de lucha. En los pasos previos y posteriores se dibuja la personalidad del deportista, los viejas o nuevos ritos, las manías y las maneras de entender esta vieja tradición que va cogiendo formas de nuevo deporte. 
Los históricos de este deporte repiten que entrenaban segando la hierba, echando sacos al carro que iba al molino, corriendo detrás de las ovejas en la majada y bañándose en el río. Viajaban en tren y bicicleta. Y con esas armas construyeron una de las etapas más aplaudidas de los viejos aluches.
Las siguientes generaciones ya fueron de hierba y entrenamiento, a medio camino, sin forzar. Había quien calentaba al sol o bajaba peso con la calefacción del coche; algunos fueron al gimnasio o entrenaban con los primeros monitores. Y tampoco les faltaron leyendas.
Estamos en otra fase. Ya muchos calientan con método, entrenan en pabellón... se vendan con paciencia, se colocan las fajas y otras protecciones, escuchan a sus monitores; y después de la verdad que es el combate toca el paisaje después de la batalla:quitar esparadrapos, tirar las fajas, posar los cintos... y recoger los trofeos quien en la hierba los sudó.

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