Nos seduce todo lo diferente. Tal vez sea el reconocimiento de que ya nos cansa lo igual... mientras nos preparamos para ir a Zara (los ricos a otro sitio) a buscar la misma camisa o el mismo pantalón que va a estar de moda para todo el mundo la próxima primavera y de los mismos colores que se llevan este año.
Es la moda, lo que antes era supervivencia con aquello que llamaban la ‘Pasarela Economato’ según la cual todos los jóvenes llevaban las prendas que había en aquellos economatos, sobre todo de las cuencas mineras.
Y con las ropas iguales de moda nos seducen los aromas de lo diferente, como los licores y los dulces que salen de los conventos de clausura. ¿Qué nos hace creer que sean unas maestras en fabricar bebidas ‘espirituosas’?, ¿qué nos lleva a pensar que tienen la fórmula secreta del mazapán o la galleta María?
El caso es que gozan del favor del cliente.
Tal vez creamos que ese licor o esa galleta nos explica el misterio que nos seduce, ¿qué ha llevado a estas mujeres a encerrarse entre cuatro paredes sin necesidad de escuchar las penurias extramuros?