Selima, o Ana que lo mismo da, mira la luz del exterior desde las casi tinieblas de la vieja casa de comidas cerrada. Siglo y medio de llosco, embutido, cordero y cocidos hechos a fuego lento sobre la chapa de la vieja cocina de leña y carbón, la bilbaína, bajo la atenta mirada de estas mujeres y, muchas veces, de los comensales pues en el propio comedor estaba la cocina y su calor con sabor a historia que se mastica.
Siglo y medio con las puertas abiertas, desde que lo hizo en 1880 con el nombre de El Campesino, pues de Tierra de Campos llegó aquel paisano que compró un terreno para quedarse. Y se quedó.
Siglo y medio con las puertas abiertas para que las cruzaran gentes de toda condición y origen, aunque las fotos mostraran algunos para orgullo de la casa:Joan Manuel Serrat, «que vino a comer y se quedó todo el día»;el poeta Luis Miguel Rabanal, que allí aparece como integrante de Los Millonarios, el equipo de Omaña orgullo de la comarca;pero, sobre todo, reina nuestro astronauta, Pablo Álvarez, omañés, comarcano, que cuando llegue a la luna se acordará de los guisos de Casa Maxi.
Siglo y medio que acabó en accidente cuando Maxi fue al gallinero, se entrampó y acabó en el hospital operado... el final ya se intuía, pero los tres se resistían, y la lesión y posterior escayola bajó la trapa sin remisión.
Selima aún sueña con que cualquier día la luz volverá a entrar.