Los capítulos más leídos en la Historia reciente de la ciudad

El asesinato de Isabel Carrasco pasará a la Historia de la ciudad como uno de los capítulos sobre los que más se ha escrito. En la era de las redes sociales, la repercusión del asesinato de la poderosa dirigente política llegó a extremos que no se habían conocido en la capital de la provincia.

Las reacciones fueron dispares y entre las mayoritarias muestras de repulsa y de dolor –al funeral acudieron cientos de personas entre las que se encontraban numerosas autoridades políticas, incluido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy–también se pudieron ver mensajes de aprobación y justificación, que fueron investigados por la Justicia.

La mañana siguiente a los hechos, con la opinión pública sobrecogida aún por el suceso, una nueva fotografía volvía a encender los comentarios de la ciudadanía. En el lugar donde había sido tiroteada Isabel Carrasco alguien había escrito "aquí murió un bicho" en una pintada perfectamente legible.

No fue la única declaración pública fuera de los límites del respeto. Cuatro días después del asesinato, un joven de 19 años residente en la Comunidad Valenciana fue detenido por un delito de apología para cometer asesinatos en las redes sociales a raíz de sus comentarios en Twitter apoyando a la asesina y reclamando la misma suerte para otros dirigentes políticos. El joven quedó en libertad con cargos, pero aquella no fue la única detención registrada en España por este motivo.

Pero más allá de las opiniones personales, cada detalle de la investigación ha creado gran expectación en la opinión pública y, generalmente, las noticias sobre caso han estado entre las más leídas de las ediciones de cada día.

Sin embargo, no todo lo que se sabe tienen la misma relevancia. El 21 de agosto de 2014 entraba en el registro de la Comisaría de Policía de León un escrito de puño y letra de Montserrat González "con motivo de la falta de un vestido de lunares negros y marrones que me llevaron para cambiarme de ropa en la Comisaría de León". La asesina confesa ruega en la misiva que "al no habérselo entregado aún a mi familia" le comunicaran cuando podría pasar a recogerlo.