1978, cuando el Leonés del Año "bajó a tierra"

Jesús Díez era un anónimo policía local al que un heroico comportamiento en en atracó llevó al palmarés de Leonés del Año en el que estaban los ministros Suárez y Martín Villa, Emilio Hurtado, ‘don Florentino’, Alonso Luengo...

Fulgencio Fernández
27/03/2023
 Actualizado a 27/03/2023
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Hace tansolo unos días que se ha entregado el premio Leonés del Año 2022 "que más alto ha volado", en el titular más repetido, al ir a parar a manos de "los astronautas leoneses Pablo y Sara".

Los dos jóvenes ‘de moda’ y brillantes científicos repitieron una y otra vez su enorme orgullo de incorporarse a una nómina de 52 leoneses del año en los que figuran grandes investigadores, políticos que lo hansido todo en este país, escritores de enorme prestigio nacional, grandes músicos... en fin, basta repasar la lista de galardonados que había comenzado en 1971 con el que sería ministro de Trabajo, Fernando Suárez, y en la actualidad presidente del Jurado.

Le había sucedido Florentino Agustín Diez, ‘don Florentino’, estudioso de los regadíos y la provincia en general, escritor, funcionario de laDiputación y uno de aquellos sabios de antes... Abrían una nómina a la que llegaría su hijo, Luis Mateo Diez, el todopoderoso ministro Rodolfo Martín Villa (con el tiempo lo sería el presidente Zapatero), Luis Alonso Luengo, jurista y escritor de la famosa Escuela de Astorga... en fin; pero Fernando Rubio guarda con especial cariño las fotos del Leonés del Año 1978, "el año que el galardón bajó de las estrellas a la tierra" y se le concedió a Jesús Díez Pérez, ese nombre que cada vez que se repite en las listas de los galardonados hay que explicar quién era. "Fue un anónimo policía local herido al impedir el atraco de la sucursal de El Crucero del Banco Bilbao, el 23 de noviembre de 1978", recuerda Rubio, quien también guarda en su archivo las imágenes del atraco, con el heroico policía herido en el hospital, hablando por teléfono, recibiendo la visita del alcalde de la época, Óscar Rodríguez Cardet, del Gobernador Civil, Luis Cuesta Gimeno y también la imagen de uno de los atracadores, herido en el pecho, herido en el pecho y en cuyo brazo se puede leer tatuada la frase de ‘Amor de madre’. Con el tiempo se supo que uno de los asaltantes había desertado de la legión.



Recuerda Fernando los hechos en los que se vio implicado Jesús Díez según fueron reflejados en la prensa de la época. "El atraco fue llevado a cabo sobre las diez de la mañana, cuando se encontraban en la sucursal bancaria una docena de personas. Cuatro personas resultaron heridas por arma de fuego en el tiroteo registrado frente a la sucursal de El Crucero del Banco de Bilbao, asaltada momentos antes por una banda de atracadores.

Entre los heridos -uno de ellos grave- figuran tres de los asaltantes y un policía municipal que, tras darles el alto sin resultados, disparó sobre ellos, siendo herido a su vez en una mano por un cuarto asaltante que logró darse a la fuga. Sobre las diez de la noche fue detenido el cuarto presunto atracador, interceptado por funcionarios de policía cuando se disponía a subir a uno de los vehículos utilizados para el atraco".

El policía herido fue Jesús Díez Pérez, para el que se sucedieron los elogios, le fue entregado un cheque de 100.000 pesetas "en nombre del ministro del Interior" (el leonés Rodolfo Martín Villa; y el alcalde iba a solicitar para él la Medalla de Oro al Mérito Policial. Y, en medio, llegó aquel galardón de Leonés del Año en el que una de las imágenes más buscada fue la del policía leonés con ‘su jefe’ y compañero en la lista de leoneses del año: El entonces ministro del interior Rodolfo Martín Villa. Reflexiona Fernando Rubio sobre cómo se hubieran sucedido estos hechos si ocurriera en la actualidad. "¿Sería todo igual o estaría Jesús Díez sujeto a múltiples expedientes, investigación interna y hasta reproche social por haber disparado a un delincuente? Ahí lo dejo".

Este atraco de El Crucero es uno de los dos "famosos" que los leoneses guardan en su memoria; el segundo fue más trágico, cinco años más tarde, cuando el atracador entró en la sucursal de Bankunión del céntrico Paseo de Papalaguinda con una bomba adosada a su cuerpo y le estalló, matándolo en el acto, y dejando macabras imágenes en el escenario, entre ellas las del estado en el que quedó el cuerpo del atracador.
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